Como bien sabes aconsejar a tus pacientes para que mantengan un nivel estable glucosa en la sangre es importante para prevenir problemas en la salud como ataques al corazón, enfermedades renales, ceguera e incluso amputaciones.

Recientemente investigadores de la Universidad de Stanford, en Estados Unidos, dieron a conocer que tener niveles elevados de glucosa en la sangre en los primeros meses del embarazo aumentaría considerablemente el riesgo de que el niño pueda desarrollar problemas cardiacos congénitos.

Ya desde hace tiempo se sabía que las mujeres con diabetes tienen más riesgo de dar a luz a niños con problemas cardiovasculares; sin embargo, este estudio demostró que cuando los niveles de glucosa son elevados en una fase más avanzada de la gestación -aunque la madre no sea diabética-  eleva el riesgo de problemas cardíacos. 

Uno de los principales problemas que señala el trabajo es que aunque en la actualidad las embarazadas se someten a una prueba oral de tolerancia a la glucosa para determinar si tienen diabetes gestacional, el test se realiza mucho después de que se haya formado el corazón del feto.

Durante su estudio, los autores analizaron los registros médicos de 19 mil 107 parejas de madres e hijos nacidos entre 2009 y 2015, para evaluar toda la atención durante el embarazo, incluidos los análisis de sangre y cualquier diagnóstico cardíaco realizado antes o después del parto.

Los autores excluyeron del estudio a los niños nacidos de embarazos múltiples y aquellos cuyas madres tenían un índice de masa corporal (IMC) extremadamente alto o bajo. En total constataron 811 recién nacidos diagnosticados con una cardiopatía congénita.

El propósito era analizar los niveles de glucosa de cualquier muestra de sangre extraída entre las semanas 4 y 14 de gestación, justo después de concluir el primer trimestre del embarazo, pero vieron que solo había datos disponibles de 2 mil 292 participantes, el 13 por ciento de toda la muestra.

Por ello, también tuvieron en cuenta los resultados de las pruebas de tolerancia oral a la glucosa realizadas alrededor de las 20 semanas de gestación, que estaban disponibles en menos de la mitad de las mujeres incluidas en el estudio (9 mil 511).

Después de excluir a las mujeres que ya tenían diabetes antes del embarazo o que la desarrollaron durante el mismo, los resultados mostraron que el riesgo de dar a luz a un niño con un defecto cardíaco congénito se elevó en un 8 por ciento por cada aumento de 10 miligramos por decilitro en los niveles de glucosa en sangre en el primer trimestre del embarazo, señaló James Priest, autor principal del estudio.

De acuerdo con reportes del Sistema Nacional de Investigación en Salud, en México se estima que cada año nacen alrededor de 20 mil niños con algún tipo de alteración cardiaca, por lo que ha llegado a ocupar el tercer lugar por causas de muerte en niños menores de un año de edad.