Un estudio realizado en el Centro Médico del Hospital de Cincinnati, en Estados Unidos, halló que los niños pueden acumular importantes cantidades de nicotina en manos por entrar en contacto con superficies contaminadas.
Los adultos piensan que dejar de fumar cerca de los infantes podría ayudarlos, sin embargo, el ensayo realizado sobre 25 pequeños muestra “que la única forma segura de proteger a los niños de la exposición al humo es dejar de fumar y prohibir la práctica en el hogar”, explicó la doctora Melinda Mahabee-Gittens, principal autora del trabajo.
Estudios previos habían indicado que algunos residuos del humo del cigarro tienden a permanecer en el ambiente adhiriéndose en paredes, partículas de polvo, ropa, y distintos objetos de uso cotidiano, incluyendo juguetes.
Dado que los niños suelen tocarlo todo, sus manos tienden a contaminarse con dichos residuos y, al llevarlas a la boca, lo que es habitual en la infancia, pueden ingresar al interior de sus organismos.
El equipo de investigación encontró que la presencia significativa de nicotina (un peligroso metabolito del tabaco) en sus manos estaba asociada a una cantidad importante en saliva.
Aunque los resultados del ensayo serán confirmados mediante estudio de seguimiento con otros 700 infantes, los investigadores han recordado que la exposición a residuos contaminantes del tabaco causa problemas de salud en bebés y niños, los cuales incluyen infecciones respiratorias, de oído y asma, entre otros trastornos.
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