El crecimiento y desarrollo de los infantes, está plagado de aprendizaje, socialización y aventuras, pero, también de algunas molestias de salud. Debido, principalmente a los pocos cuidados de higiene, la falta de madurez del sistema inmunológico y las escasas medidas preventivas. Es ahí, que los niños en edad escolar, se enfrentan a infecciones, lesiones y malestares, que los hace aquietar, preocupando a sus padres.
Sin embargo, aunque los peques pueden presentar cuadros frecuentes de fiebre, tos y sarpullido; que casi siempre se deben a virus; son síntomas leves, que se resuelven fácilmente. De hecho, a veces, con un poco de quietud, hidratación y algunos mimos; los niños podrán regresar a clase en corto tiempo; sin necesidad de recurrir a antibióticos, ni otros medicamentos de gran espectro.
Los niños en edad escolar se contagian fácilmente
Especialmente, de infecciones de las vías respiratorias altas; con catarros comunes; donde la fiebre y congestión, los lleva a estar débiles e inapetentes. Sin embargo, los antihistamínicos, antitérmicos y expectorantes de venta libre, son de mucha ayuda para minimizar el malestar general. Ya que, en pocos días se sentirán mejor sin complicaciones.
Asimismo, la otitis, se convierte en una de las causas frecuentes de ausentismo escolar en niños de corta edad. Muchas veces como resultado de la acumulación de mucosidades en la trompa de Eustaquio derivadas de la gripe. Sin embargo, en algunos casos es necesario consultar con el pediatra, especialmente para evitar complicaciones que causen mayor dolor e incomodidad.
De esta misma manera, los niños, se enfrentan a infecciones oculares causadas por partículas contaminantes expuestas en el ambiente. Además, del contacto con los ojos de las manos infectadas de diversos gérmenes. Tanto así, que la conjuntivitis, es frecuente en escolares, como resultado de alergia o infecciones. Convirtiéndose en una enfermedad infecciosa muy contagiosa, que demanda atención médica.
Gérmenes que están al acecho
Como vemos, los virus y gérmenes se encuentran en la tierra, arena, juguetes y demás elementos propios de los jardines infantiles, escuelas y colegios. De ahí, que los niños a través del contacto directo, las góticas de saliva que se esparcen por el estornudo, la materia fecal y los fluidos corporales., se conviertan en un foco de contaminación. No solamente de infecciones respiratorias de menor envergadura, sino también de enfermedades más graves como el sarampión.
Es así, como vemos que los niños en edad escolar están más propensos a padecer varicela, papera y hepatitis. Por eso, es tan importante mantener buenos hábitos de higiene y completar el esquema de vacunación. Sobre todo, porque no podemos alejar al niño de actividades propias de esa edad. Pero, si podemos insistir en la prevención.
De una manera similar, los niños se ven expuestos a la molesta pediculosis, que es capaz de infestar a todo un salón de clase de piojos en poco tiempo. Y aunque, no representan inicialmente un grave riesgo para la salud, si se deben controlar rápidamente, para evitar complicaciones. Buscando en todo caso, que le crecimiento y desarrollo de los niños, no tenga ningún contratiempo.