Un estudio realizado por la Universidad McMaster, en Canadá, reveló que los niños nacidos con peso sumamente bajo no sólo corren el riesgo de sufrir problemas físicos durante las etapas posteriores de su vida, sino que también son más propensos a experimentar problemas de salud mental como depresión y ansiedad.
Los resultados de la investigación desarrollada por casi tres décadas señalaron que las dificultades implican frecuentemente problemas de atención, sociales y ansiedad.
Karen Mathewson, quien dirigió este trabajo, informó:
Nuestros hallazgos ofrecen evidencias de que individuos nacidos con un peso sumamente bajo tiene un mayor riesgo general de sufrir dificultades psicológicas que los nacidos con un peso normal.
Mathewson y colaboradores analizaron 41 estudios en los que se dio seguimiento a 2 mil 712 personas nacidas con un peso extremadamente bajo, y 11 mil 127 con peso considerado normal.
Los trabajos efectuados ente 1990 y 2006 (26 años) en doce países desarrollados de América del Norte, Europa, así como en Australia, indicaron que los niños nacidos con un peso muy bajo tenían un mayor riesgo de presentar algún problema de salud mental con inicio en la infancia y extensión hasta casi los 30 años de vida. Los problemas detectados incluyeron:
- Infancia: Déficit de atención e hiperactividad.
- Adolescencia: Trastorno por déficit de atención y problemas sociales.
- Adultos: Ansiedad, depresión, timidez y niveles bajos de funcionamiento social.
Estos hallazgos, consideró Mathewson, podrían deberse a respuestas biológicas del bebé a condiciones prenatales difíciles, com el estrés debido a un nacimiento prematuro.
El estudio fue dado a conocer por la Asociación Psicológica Estadounidense.
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