Una noticia que sin duda levantará polémica entre médicos, pacientes e instituciones de salud pública es que, “aunque usted no lo crea”, en Reino Unido aprobaron excluir del servicio quirúrgico de hospitales públicos a personas cuyo índice de masa corporal (IMC) sea superior a 30 y a quienes sean fumadoras.
Esta medida considerada por autoridades sanitarias británicas de la región de York pretende ofrecer ahorro económico al sector salud, el cual se encuentra en números rojos por el enorme déficit presupuestario que acumula.
La disposición lanzada por el hospital público Vale, en North Yorkshire (Noreste de Inglaterra), contempla posponer hasta por un año las intervenciones quirúrgicas rutinarias de quienes padezcan obesidad, sin embargo, en caso de urgencia (vida o muerte) serían atendidas como hasta ahora.
A fin de acceder al servicio de cirugías no vitales como el resto de la población, las personas con obesidad tendrían que perder como mínimo 10 por ciento de su peso, esto para acelerar el servicio, pues en caso contrarío tendrían que esperar por espacio de un año.
En tanto, sobre los fumadores se ha advertido que la suspensión de intervenciones quirúrgicas se daría por un periodo de seis meses, sin embargo, éste se reduciría si logran dejar de fumar a lo largo de ocho semanas.
El Grupo de la Comisión Clínica del Valle de York (CCG), responsable de la gestión sanitaria de más de 300 mil habitantes y quien ha respaldado esta decisión, aseguró que el sistema de salud se encuentra en un estado de “severa presión”, pues sólo en la región los pacientes con este tipo de problemas han elevado los gastos anuales en más de 55 millones de euros, además de que las personas con sobrepeso siempre presentan mayor número de complicaciones post operatorias.
Pese a ello, el Colegio Oficial de Cirujanos de Reino Unido ha opinado que esta medida es la más “severa jamás aprobada en la Seguridad Social moderna”. Mientras tanto, el Servicio Nacional de Salud (NSH) aseguró que revisará la directriz.
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