Un aspecto fundamental, aunque frecuentemente descuidado de la relación médico-paciente es la empatía. Y es que comprender la manera en que el paciente vive y entiende su enfermedad es uno de los retos más grandes que deben enfrentar los profesionales de la salud desde el inicio de sus carreras.

Actitud ante la enfermedad

Las enfermedades, en especial las crónicas, pueden constituir un período de crisis personal y familiar, que trastoca todos los aspectos de la vida de un individuo. Ante lo cual, se han descrito cuatro tipos de reacciones por parte del paciente:

La más favorable es la adaptación, en la cual el paciente domina la situación y establece las modificaciones pertinentes en su estilo de vida, sin que esto tenga un impacto significativo en su salud mental. 

La segunda reacción previsible es la persecución, en donde el enfermo vuelca su ira al entorno, ya que considera que su enfermedad está causada por factores externos; lo que suele desencadenar conflictos familiares y con sus cuidadores.

Otra conducta es el aislamiento, en el cual se reprimen las emociones y se produce una disociación. Y por último, puede presentarse la reacción de negación que es un mecanismo de defensa emocional, que se manifiesta en la minimización del problema y la evasión de posibles acciones terapéuticas que conduzcan a la resolución o atenuación de la enfermedad.

Factores dinámicos de la negación

El principal reto que representa el abordaje de la negación, es la cantidad de factores dinámicos involucrados en el padecimiento de una enfermedad crónica. Los cuales sirven como excusa para el rechazo del paciente a su nueva condición de vida. Entre los factores comunes, tenemos:

• Factores económicos: El costo de los tratamientos, medicamentos, consultas, etc
  
• Factores logísticos: Qué persona del núcleo familiar se hará cargo de los cuidados del enfermo.
  
• Factores emocionales: Ausencia de herramientas emocionales adecuadas para sobrellevar la situación.
  
• El paso del tiempo, lo que supone el deterioro de las funciones cognitivas y sistémicas.
  
• El miedo a morir, que suele ser el factor determinante de la negación. 

¿Cómo ayudar a un paciente que se niega a aceptar su enfermedad?

Un error frecuente que se comete al tratar a un paciente en negación es confrontarlo. Y es que, la mayoría considera que el método más directo para presionar al paciente a aceptar el tratamiento. Sin embargo, esto suele conllevar a la depresión, frustración y decaimiento, en vez de a una reacción de aceptación.

Lo más recomendable es tener una estrategia definida para tratar estos casos, basada en facilitar al paciente y al familiar de toda la información que requieran:

• En primer lugar, el médico debe evaluar el perfil socioeconómico del paciente.  Adecuar su lenguaje y exigencias del tratamiento a lo que el paciente puede comprender.
  
• Explicar las causas de los síntomas
  
• Establecer objetivos terapéuticos claros.
  
• Acompañar durante el proceso.
  
• Orientar al paciente y su familia a la resolución del conflicto mediante apoyo psicológico. 

No debemos olvidar que además de curar, el rol del médico debe ser el de tranquilizar y educar al paciente respecto a todos los aspectos de la enfermedad con el fin de vencer el miedo.