Con el pasar de los años la tecnología se ha convertido en una poderosa herramienta de utilidad en la mayoría de las profesiones, incluida la medicina. Pero a pesar de esta ventaja con la que se cuenta en la actualidad, siempre se debe buscar un equilibrio para no convertirse en un dependiente de los avances tecnológicos.
De esta forma, del mismo modo en que se ha detectado que los dispositivos electrónicos generan adicción y pueden ser dañinos para la salud de los pacientes, algo similar ocurre con los médicos, quienes deben de saber utilizar la tecnología a su favor y de forma responsable.
Lo anterior fue afirmado por Vicente Guerrero Cisneros, director de la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ), quien afirmó que mantener un trato directo con el paciente también es benéfico para el tratamiento.
Los médicos nos hemos olvidado de la bioética y de otros aspectos claves en esa relación que tenemos con nuestros pacientes. Este mundo egoísta y materialista contrasta con lo que nos toca. ¿Qué nos toca? Ser humanista. Ver a la medicina con un enfoque social, como aquella actividad en la que no se descansa para tratar el dolor humano o cuando menos, para consolarlo.
En ese sentido, pese a que la tecnología puede llegar a deshumanizar, también se debe observar los beneficios logrados con esta herramienta, como la posibilidad de ofrecer consultas generales con el apoyo de dispositivos móviles u ofrecer apoyo médico a través de telemedicina en comunidades alejadas.
De igual forma, esta discusión también recuerda el debate que existe en torno a la empatía médica, característica que algunos especialistas consideran se ha perdido dentro de la práctica de los galenos en la actualidad y la cual muchos consideran fundamental para fomentar el apego al tratamiento, así como para mejorar sus resultados.