Aunque desde hace más de un mes comenzó la aplicación de la vacuna contra la Covid-19 en varios países del mundo, el peligro se mantiene. Pero aunque se pensó que la producción y distribución de los insumos serían los principales obstáculos, en realidad podría ser otro. Ahora se teme que la tardanza en inmunizar a la población mundial propicie la aparición de nuevas mutaciones que haga más complicado enfrentar el virus. Por lo mismo, mientras más tiempo pase se corre el riesgo de que un escenario de este tipo ocurra.
En ese sentido, algo claro y que no se puede evitar es que los virus sufran de mutaciones. Es algo natural y que ocurre con frecuencia. El problema es que algunas de las nuevas variantes podrían ser resistentes a las vacunas que ya se encuentran disponibles. De ocurrir implicaría iniciar de nuevo y eso es algo que nadie desea.
El virus se transforma y se vuelve más peligroso
Ahora bien, desde el comienzo de la emergencia sanitaria se han notificado diversas mutaciones del virus SARS-CoV-2. Algunas de ellas no muestran grandes cambios salvo dos de reciente aparición y las cuales han provocado temor por sus características y lo que podrían llegar a provocar. De acuerdo con lo publicado por El País, se trata de las mutaciones N501Y y E484K.
La que preocupa más es la N501Y, identificada por primera vez en Sudáfrica aunque ya se ha expandido a otros países. Una investigación recién publicada en Biorxiv señala que su principal característica es que genera una evasión inmunitaria. Por lo mismo, quienes se contagian tienen una probabilidad mayor a sufrir de una reinfección que con otras variantes. De tal forma, las vacunas actuales ofrecerían una protección mínima.
Por otra parte se encuentra la E484K, relacionada con el actual brote que enfrenta el Reino Unido aunque también mantiene presencia en al menos otros 30 países. Fue detectada por primera ocasión en septiembre y desde entonces ha permanecido en análisis. Los trabajos realizados han mostrado que tiene una capacidad de transmisión mayor al del resto. Como consecuencia es la que genera más contagios. Aunque no se ha comprobado que produzca una enfermedad más grave, el hecho de tener a más personas infectadas genera mayor preocupación en cualquier entorno.
Otros factores que aumentan el riesgo a morir
Sumado al tema de las mutaciones se encuentran otros aspectos de peso como las comorbilidades. Desde un inicio se identificó que si una persona contaba con ciertas enfermedades o padecimientos antes de infectarse su probabilidad de fallecer se incrementaba de manera exponencial. Hasta ahora se sabe que la hipertensión, diabetes y obesidad son las mayores.
Precisamente en el caso de México ha existido un preocupante aumento de las tres condiciones mencionadas durante las tres décadas. En parte, explicaría el por qué la tasa de mortalidad es mucho más elevada que en el resto del mundo.
Al final, todos estos elementos han influido en el comportamiento que ha tenido la actual emergencia sanitaria e inclusive podrían complicar un eventual regreso a la vida como era antes de la pandemia.