Seguramente entre tus pacientes existen mujeres con problemas de fertilidad que han intentado todo para embarazarse, todo menos quitarse las amígdalas o el apéndice, cirugías que de acuerdo con un estudio realizado en Gran Bretaña podrían mejorar sus posibilidades de engendrar.
Aunque pudiera sonar como una broma, pues incluso hay quienes afirman que este tipo de cirugías tienden a reducir la fertilidad, un estudio de 15 años de duración realizado por la Universidad de Dundee afirma que las mujeres a quienes se les extirparon las amígdalas o el apéndice cuando eran jóvenes presentaron mayor facilidad a la hora de embarazarse.
De acuerdo con lo observado por los investigadores de la citada institución educativa a lo largo de casi dos décadas entre más de 530 mil mujeres alrededor del Reino Unido, las tasas de embarazo fueron considerablemente más altas entre aquellas mujeres que carecían de amígdalas o apéndice e incluso fueron más altos entre quienes carecían de ambos.
Según se detalla en el trabajo, publicado en Fertility and Sterility, las tasas de embarazo entre aquellas mujeres que carecían de uno u otro de estos órganos eran de entre el 54 y el 53 por ciento, porcentaje que se disparaba hasta el 59 por ciento cuando ambos órganos habían sido removidos. Mientras tanto, la tasa de embarazos en aquellas personas que no habían sufrido la remoción de ninguno de éstos se mantenía en 44 por ciento.
Este estudio rompe con la creencia aceptada de los efectos negativos de las apendicectomías. Ninguna mujer debe sentir miedo o ansiedad porque una apendicectomía o amigdalectomía reduzca sus posibilidades de convertirse en madre”, señaló el doctor Sami Shimi, líder del estudio.
Sin embargo, antes de recomendar a cualquier paciente para que corra a quitarse las amígdalas o el apéndice a fin de mejorar sus posibilidad de embarazarse es pertinente señalar que los resultados se basan en un estudio longitudinal de un grupo de cohortes, por lo que vale la pena leerlo de principios a fin.
Por si fuera poco, los resultados que se ofrecen no otorgan una verdadera respuesta en torno al vínculo que existe entre la fertilidad y la ausencia o presencia de los citados órganos.