Siempre existen riesgos en cualquier operación, desde la más sencilla hasta la más complicada. Por esto es que siempre antes de realizarse cualquier procedimiento quirúrgico los médicos deben conocer bien el historial del paciente y así poder prepararlo física y psicológicamente.
Investigadores de la Universidad de Birmingham, Inglaterra, recolectaron una muestra de las tasas de mortalidad dentro de las primeras 24 horas y de los 30 días después de una cirugía abdominal de emergencia en 58 países y detectaron que el riesgo de muerte fue más alto en las naciones de escasos recursos, en comparación de los países de altos recursos.
Recientemente un análisis llevado a cabo por un grupo de más 30 investigadores africanos en 247 hospitales de 25 países, determinó que en los pacientes que se someten a procedimientos en África duplican los riesgos de muerte postoperatoria al de quienes son operados en otra parte del mundo, con un 2.1 por ciento frente al 1 por ciento de la media a nivel mundial.
“Aproximadamente 1 de cada 5 pacientes sometidos a cirugías en nuestra cohorte africana desarrolló una complicación y en general el 2 por ciento murió”, reconoció Bruce Biccard, gerente del Hospital Groote Schuur, maestro en la Universidad del Cabo y quien ha liderado la investigación
Lamentablemente en dicho continente los recursos son escasos y las personas deben buscar lugares donde no cobren cifras tan altas. Sin embargo, no todos resultan ser seguros.
Aunque es importante destacar el acceso a la cirugía, también es esencial que los lugares sean seguros ya que el 95 por ciento de las muertes fue después de la operación y si hubiera existido una mejor atención, muchas se hubieran podido evitar.
El estudio incluyó datos de 11 mil 422 personas que se sometieron a un procedimiento quirúrgico y, además de registrar el estado de salud de cada paciente antes de la cirugía, el estudio monitorizó su situación después de pasar por el quirófano, teniendo en cuenta si hubo complicaciones, se necesitaron cuidados intensivos o finalmente el paciente falleció. Así mismo, se tuvieron en cuenta los recursos de cada hospital, como el número de camas, quirófanos, UCIs, anestesistas, cirujanos y obstetras.
En general, la mayoría de los pacientes (87.3 por ciento) tenían un buen estado físico y la cirugía a la que se sometieron era de bajo riesgo, aunque en el 57.1 por ciento de los casos fueron urgentes. El procedimiento más habitual fueron las cesáreas (33.3 por ciento) y la edad media de los pacientes era de 38.5 años.
Tras la cirugía se dieron complicaciones en el 18.2 por ciento de los pacientes, siendo las infecciones las más comunes (58.7 por ciento). Alrededor del 16.3 por ciento ingresaron en una unidad de cuidados intensivos por estas complicaciones y 1 de cada 10 pacientes (9.5 por ciento) acabó falleciendo.
Las causas más frecuentes de estas muertes fueron por igual infecciones (112 fallecidos), complicaciones cardiovasculares (110) o de otro tipo (112). Además, de los fallecidos sólo el 5.9 por ciento fallecieron el mismo día de la cirugía, mientras que el tiempo medio fue de 5 días.
En México según la Organización Mundial de la Salud, cada año se suscitan 450 mil casos de infecciones hospitalarias las cuales causan aproximadamente 32 defunciones por cada 100 mil habitantes.
“Los bichos de las clínicas son muy agresivos porque al estar tratados con antibióticos, mutan y logran ser más resistentes”, asegura Luis Carlos Rodríguez Sancho, cirujano experto en transplantes de hígado y riñón en Guadalajara, Jalisco.