La ciencia médica nunca detiene su andar. Sin embargo, pese a que cada día contamos con mejores métodos de prevención y combate de enfermedades, existen patologías cuyo alcance continúa creciendo. Tal es el caso del cáncer, padecimiento que, de acuerdo con la Sociedad Americana del Cáncer, acabará con la vida de 5.5 millones de mujeres para 2030.
Según el reporte presentado durante el Congreso Mundial de Cáncer en París a principios del mes de noviembre, la tasa de mortalidad femenil a causa del cáncer sufrirá un incremento del 60 por ciento (en 2012 se calculaba en 3.5 millones de muertes) debido a la alarmante cantidad de muertes que se presentan en países con niveles bajos y medios de ingresos, pues aun cuando las mujeres en estas naciones cuentan ya con una mayor esperanza de vida, también adoptan hábitos de vida más arriesgados como fumar o una mala alimentación.
Asimismo el organismo reportó que naciones con altos niveles de ingresos (donde se registraban el mayor número de casos) como Estados Unidos han visto reducidas las tasas de incidencia y mortalidad por cáncer en un 20 por ciento desde 1991, esto debido en gran parte a que en dichas naciones se cuenta con mejores programas de prevención y detección.
Por el otro lado, naciones como Zimbabwe, Malawi, Kenya, Mongolia o Nueva Guinea presentan las tasas de mortalidad más elevadas debido a la dificultad que existe para acceder a los servicios de salud.
Un tipo de cáncer para cada región
Si bien el cáncer de mama es el más común entre las mujeres, existen ciertas regiones donde se rompe con este paradigma. Tal es el caso de China y Corea del Norte, donde la incidencia del cáncer de pulmón es más elevada o naciones africanas donde el cérvicouterino predomina como consecuencia de la alta incidencia de casos de VIH, virus que quintuplica el riesgo de desarrollarlo.
Indudablemente el cáncer continúa siendo uno de los enemigos más formidables con los que se ha enfrentado el ser humano, y si deseamos que las cifras propuestas se queden en un simple mal augurio debemos de mejorar los métodos de detección y prevención, especialmente en las naciones más sensibles.