Dentro de tu práctica clínica sabes que existen problemas que muchas veces se encuentran fuera de tu alcance pero tienen un impacto directo en la salud. Uno de ellos y que se mantiene en aumento es la automedicación. A pesar de que siempre se indica a los pacientes que no deben consumir medicamentos sin el aval de un médico son muchos los que hacen caso omiso a esta indicación. Las consecuencias son de múltiples tipos y afectan a todo el entorno.
En ese sentido, el portal Doctoralia realizó el estudio “La Automedicación en México” en 2019 y obtuvo que el 86 por ciento de los mexicanos recurre a tomar medicamentos sin prescripción médica. En tanto que una encuesta realizada por la Universidad del Valle de México reveló que el 78 por ciento de los mexicanos se automedican, ya sea por costumbre o por seguir la recomendación de amigos y familiares.
Peligros que se pueden presentar
Existen medicamentos que requieren receta médica para su compra como los antibióticos y otros de venta libre (OTC). Aunque un aspecto muy importante de esta segunda opción es que a pesar de estar al alcance de cualquiera también hay indicaciones que se deben respetar. Las principales son seguir las dosis y tiempos de administración mencionados en el empaque y jamás consumirlos en exceso.
Un ejemplo claro se puede observar con los analgésicos que suelen disminuir o detener el dolor, bajar la fiebre y desinflamar, pero no todos actúan con los mismos mecanismos y no todos son efectivos para todas las personas, ni para todos los padecimientos. Dentro de los más populares se encuentran los medicamentos antiinflamatorios no esteroideos (AINE) como el ácido acetilsalicílico, el ibuprofeno y el naproxeno. Aunque son de libre venta y muchos los toman sin consultar a un médico podrían ocasionar efectos secundarios graves. Entre ellos están malestares intestinales, daño renal, erupciones cutáneas y riesgo de accidente cerebrovascular.
Se ha descubierto que el ácido acetilsalicílico puede reducir el riesgo de males cardíacos debido a que ayuda a reducir la coagulación de la sangre. Sin embargo, esto no es razón para tomarlo indiscriminadamente.
Consumo de fármacos con receta médica
Por otra parte, los antibióticos, aunque solo se venden con receta médica, siguen siendo automedicados por los pacientes. En ocasiones se consiguen en el mercado informal o se consumen los sobrantes de tratamientos pasados.El peligro es que su consumo innecesario ayuda a crear resistencia microbiana y eso hace más difícil la curación.
Por ello y aunque suene repetitivo le tienes que reafirmar a tus pacientes que antes de consumir cualquier medicamento deben consultar a un profesional de la salud. A partir de una revisión y un breve cuestionario se puede identificar con precisión el motivo de la dolencia y recetar el mejor tratamiento para cada caso.