Datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) confirman que los accidentes de tránsito forman parte del listado de las 10 principales causas de defunción en todo el planeta, ya que cada año se registran un millón 340 mil decesos por esta causa. En este sentido, ¿cómo dirigirse a la familia cuando por un evento de esta naturaleza el paciente se encuentra en estado grave? Y, peor aún, si se trata de un niño de 13 años de edad.

El milagro de Alabama

Esto fue justo lo que ocurrió en las instalaciones del Mobile Medical Center (MMC) de la ciudad de Alabama, Estados Unidos, cuando el paciente Trenton McKinley, de 13 años, sufrió una serie de lesiones cerebrales producto de 7 fracturas que se registraron tras un accidente de tránsito. El paciente estuvo muerto prácticamente 15 minutos, hasta que los médicos lo regresaron a la vida (MensHealth, 2018).

En este sentido y a la luz de la información publicada por el diario USA Today, los padres del menor de edad ya habían firmado los papeles para la donación de los órganos del paciente, quien debido a las lesiones cerebrales sostenidas se mantenía en coma. Todo había sido preparado para su desconexión del soporte vital que lo mantenía respirando hasta que el milagro médico sucedió.

A pesar de los esfuerzos del equipo médico, el tronco cerebral del niño estaba muy dañado y no se detectaron ondas cerebrales. Incluso con sus mejores esfuerzos, los médicos creían que no había forma de que el niño pudiera sobrevivir […] sin esperanza, la madre de Trenton tomó la difícil decisión de que su hijo fuera retirado del soporte vital. Ella se sintió reconfortada al saber que sus órganos ayudarían a cinco niños necesitados. Pero los órganos de Trenton nunca fueron donados, porque el adolescente milagrosamente regresó al borde de la muerte. Los doctores notaron por primera vez el movimiento de la mano del adolescente; luego su pie. Sus ojos, que se habían vuelto negros, eran azules una vez más.

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