La migraña es una enfermedad neurológica crónica, que se manifiesta con crisis de dolor de cabeza unilateral, pulsátil e intenso, que se acompaña de otros síntomas como náuseas, vómitos, fotofobia y fonofobia. Las crisis de dolor duran hasta 72 horas y empeoran durante la actividad física, por lo que el paciente debe acostarse en una habitación oscura y sin ruidos.
La migraña afecta a más de 100 millones de personas en el mundo y en México se calcula que alrededor de 20 millones padecen migraña, de las cuales el 70% son mujeres.
Algo importante a destacar es que muchos pacientes se encuentran sin diagnóstico y acuden a la automedicación o a curas no científicas como la medicina alternativa, lo que generalmente no resuelve el problema.
La perspectiva de género se basa en que las personas pueden tener oportunidades diferentes debido a su género, y esto se aplica en casi todos los campos de la vida, incluyendo la salud, la educación, el trabajo, la política, la cultura, la ley y la violencia.
La perspectiva de género pone de manifiesto las desigualdades entre hombres y mujeres, que están arraigadas en normas sociales y culturales. Los roles de género no son biológicos, sino construcciones sociales. De esta manera, los comportamientos, roles y expectativas de los hombres y las mujeres se definen culturalmente y varían según el tiempo, lugar y contexto social.
Como ya hemos visto antes, la migraña es una enfermedad frecuente e incapacitante que afecta a 20 millones de personas en México, 70% de las cuales son mujeres.
La discapacidad relacionada con la migraña aumenta a medida que se incrementa el número de ataques de migraña por mes y en comparación con los hombres, las mujeres tienen más probabilidades de requerir reposo en cama durante los ataques y experimentar episodios incapacitantes que duran entre 1 y 6 días.
La desproporción demográfica ha permitido la construcción social de la migraña como un “trastorno de las mujeres”, lo que tiene implicaciones negativas. Algunos expertos dicen que la clasificación de la migraña dentro del ámbito de la salud femenina reduce el valor que se le da a las crisis de migraña, lo cual no es infrecuente en trastornos de dolor que son más prevalentes en mujeres. Esto también aumenta el sesgo de género en la búsqueda de tratamiento y en el diagnóstico: los hombres son menos propensos a buscar tratamiento para la migraña, a ser diagnosticados con esta enfermedad y a recibir un tratamiento adecuado.
Otro de los problemas principales en la atención de la migraña es el estigma hacia las personas que padecen esta enfermedad. El estigma tiene un impacto negativo en la vida de todas las personas con migraña, pero especialmente en las mujeres, quienes a menudo realizan una gran cantidad de trabajo no remunerado como las tareas domésticas y el cuidado de otras personas, en comparación con los hombres.
En conclusión, es hora de que los médicos empecemos a manejar las enfermedades como la migraña teniendo en cuenta la perspectiva de género, lo cual sin duda nos ayudará a mejorar la calidad de vida de las pacientes y sus familiares.
El Dr. Pablo Svarch cursó la carrera de Medicina en la Universidad de la Habana y la especialidad de Neurocirugía en la Facultad Calixto García. Además cuenta con un diplomado de Mercadotecnia en el ITAM. Desde el año 2000 ha participado como capacitador en innumerables cursos para la fuerza de ventas en laboratorios como Abbott, Boehringer, Novartis, Sandoz, SunPharma, Torrent y Synthon. En la actualidad es Líder del área científica en Miramar.