Los plásticos forman parte de nuestra vida y muchas de las cosas que utilizamos están hechas con este material, sin embargo, los plásticos contaminan circulando en las corrientes oceánicas y los vientos, lo que permite su distribución a nivel mundial. Una vez que los plásticos se liberan en la naturaleza, se degradan en micro y nanoplásticos, que son partículas muy pequeñas que pueden intoxicar a los animales y al hombre.
Varios estudios muestran que los micro y nanoplásticos entran al cuerpo humano a través de la ingesta, la inhalación o incluso por la piel y han sido encontrados en la placenta, pulmones, hígado, orina, sangre y hasta en la leche materna.
Algunos estudios experimentales, sugieren que estos compuestos promueven el estrés oxidativo, la inflamación y la apoptosis en el endotelio y los modelos animales indican que estas sustancias tóxicas intervienen en el daño cardiaco, la fibrosis miocárdica y la disfunción endotelial.
Un estudio multicéntrico y prospectivo reciente, analiza las placas de ateroma extraídas de las carótidas de 312 pacientes sometidos a endarterectomía, para buscar evidencias de micro y nanoplásticos.
Curiosamente, se encontraron estos componentes en las placas de ateroma de los pacientes y la presencia de micro y nanoplásticos se asoció a un mayor riesgo de infarto de miocardio, infarto cerebral y muerte.
Esta investigación nos da un nuevo punto de partida acerca de la relación entre el deterioro ecológico en el que vivimos inmersos y el daño directo a la salud.
Como médicos y como seres humanos responsables, tenemos la obligación de pensar en la salud del planeta, no como un tópico global y de moda, si no como un tema que impacta directamente en la salud de nuestra población en el presente inmediato.
Si quieres conocer más, busca Marfella R, Prattichizzo F, Sardu C et al. Microplastics and nanoplastics in atheromas and cardiovascular events. N Engl J Med 2024;390(10):900-910.