De cara al momento de cambio que vive nuestro país, diversos funcionarios públicos se integraron a sus nuevos puestos y hablaron sobre los retos que enfrentarán los próximos seis años. Uno de los casos es el de Luis Antonio Ramírez, quien se convirtió en el director general del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE).
Ahora será en encargado de estar al frente de la institución que cuenta con 13 millones de derechohabientes en todo el país. Es claro que su responsabilidad es muy fuerte. Por lo pronto, durante su primer discurso, Luis Antonio habló sobre los principales retos que enfrentará.
Reconstruiremos la credibilidad, confianza, orgullo y prestigio del ISSSTE para eficientar los procesos quirúrgicos en nuestros hospitales; mejorar procedimientos administrativos; superar la calidad y productividad en todas las áreas de la Institución para hacerlas más sencillas, organizadas y con mejores prácticas de atención.
A su vez, Ramírez añadió que en materia de atención médica se creará un modelo de salud preventiva que busque reducir las enfermedades crónico degenerativas dentro de la población afiliada.
Finalmente, habló sobre el problema de saturación de pacientes y falta de medicamentos que enfrentan los hospitales del ISSSTE. También se comprometió a acabar con estos problemas que afectan tanto a pacientes como a los médicos.
También es una realidad que tenemos que atender de inmediato las demandas de saturación en hospitales, carencia de medicinas y acumulación de citas desatendidas que reclaman una urgente atención. Todo este se erradicará con políticas de desarrollo y, en nuestro caso, acciones de prevención.