En 2021, la Federación Mundial de Sordos, dio a conocer que existen aproximadamente 70 millones de personas sordas en todo el mundo. Más del 80% vive en países en desarrollo y como colectivo, utilizan más de 300 diferentes lenguas de señas. Durante el COVID-19, no podían comunicarse por lo que mexicanos decidieron crear cubrebocas inclusivos.
De acuerdo con el Censo de Población y Vivienda 2020, en México hay 6,1 millones de personas con algún tipo de discapacidad; de ellas, 22% tiene dificultades para oír inclusive utilizando un aparato auditivo y 15% tienen problemas para comunicarse con los demás.
Del problema a la acción
Fue a raíz de verse inmersos en una situación atípica por no poder comunicarse de manera independiente durante el COVID-19, que Rafael y su amiga Adriana Gutiérrez Cirlos Díaz Mercado. Fundaron la asociación civil Viendo Tentiendo, que se dedica a promover la inclusión y romper barreras para personas con discapacidad auditiva.
Había que buscar una solución y luego de mucho reflexionar, la encontraron: cubrebocas inclusivos que tuvieran una ventanilla transparente en el área de la boca, para que las personas sordas oralizadas como Adriana y Rafael puedan seguir leyendo los labios de sus interlocutores.
Primero hicieron experimentos para diseñarlos, pero descubrieron que se empañaban con facilidad. Luego de meses de búsqueda, encontraron una película especial que evita el empañamiento para conservar su utilidad.
Cubrebocas inclusivos: elaborados con el mismo material que los K-N95
Los cubrebocas están elaborados con el mismo material que los K-N95, se ajustan a la nariz con una barra metálica y cuentan con una ventana transparente que permite visibilizar la boca; aunque se especifica que son de uso no médico, estos cubrebocas incluyentes ofrecen una protección similar a la de las mascarillas convencionales.
“Es una parte de inclusión para las personas sordas, entender a los oyentes, por eso usamos una mascarilla transparente para que la gente pueda hablar y convivir con los sordos. Para que sea una inclusión, pueden utilizar una mascarilla transparente, para entender, leer los labios”, finalizó Rafael.
Ahora el reto es promoverlos y generar conciencia entre las personas oyentes porque son ellas quienes, al utilizarlo, facilitan la inclusión de las personas sordas. Mascarilla por mascarilla, Adriana y Rafael buscan derribar las barreras de comunicación y hacer de este, un mundo más incluyente.
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