La relación entre la autoestima y la salud es proporcional, ya que, el amor propio busca mantener en equilibrio tanto físico como mental. Afortunadamente, hoy en día, la ciencia y la innovación ofrecen herramientas que favorecen el bienestar. Es así, como encontramos programas de prevención, suplementos nutricionales, gimnasios, entrenadores personales, coach de salud y ayudas diagnosticas muy avanzadas.
De hecho, es tendencia asistir a programas de entrenamiento mental para descodificar los pensamientos, enfrentar la realidad y potencializar las habilidades. Todo esto buscando que el individuo desarrolle al mismo tiempo las capacidades cognitivas y la sensibilidad. De tal manera que el autoconocimiento, la restauración de valores y la resiliencia rescate la esencia del ser humano, logrando que al tiempo conserve la salud y vitalidad.
La autoestima y la salud van ligadas
Sabemos, que la autoestima es la variable de la personalidad que indica un nivel de apreciación, valor y actitud, que el sujeto se otorga a si mismo como calificativo de sus actos, conocimientos y desenvolvimiento en cada fase o situación de su vida. Es así, como la autoestima, no es más que el amor propio y por tanto influirá en cada uno de los aspectos de la vida del individuo. Por tanto, será uno de los pilares de la salud, trayendo consigo comportamientos de autocuidado y el mejoramiento de la misma.
Es así, como entendemos que a medida que la autoestima se acreciente, aumentará consigo la calidad y cantidad en nuestros actos. Ya que, será la fuerza propulsora para intentarlo sin miedo al fracaso, fijando valores en vez de objetivos. Además, es claro que una vez se hayan identificado las verdades fortalezas de forma racional, es posible usar la constancia como herramienta indispensable en el mejoramiento de la salud.
De igual manera, sin necesidad de trascender al campo psicológico, encontramos actividades diarias que, serán las indicadas para mejorar la relación de la autoestima y la salud. De ahí, que la preparación académica, los hábitos saludables, la actividad física y las buenas relaciones interpersonales, favorezcan el desarrollo personal. Pero, sobre todo, debemos observar la importancia de esas rutinas que dan satisfacción al individuo impulsándolo a mejorar la estabilidad.
Valorando cada experiencia
Es claro que el autoconocimiento, mantener un pensamiento positivo, reconocer los errores como oportunidades de aprendizaje y aumentar la confianza, son estrategias que acrecientan los niveles de autoestima, al mismo tiempo que conservan la salud. Sobre todo, porque una persona que se quiere a sí mismo, buscara herramientas para mejorar la fisiología de su cuerpo y fortalecer su mente.
Además, para mantener un equilibrio constante entre la autoestima y la salud, requiere esfuerzos. Por tanto, debemos dejar que las pretensiones se lleven el protagonismo y desenfoquen el objetivo crucial que es en base a la ecuación buena salud= buena autoestima.
Por consiguiente, en el caso contrario una baja autoestima acarrea consigo preocupaciones, cargas de estrés y enfermedades de todo tipo. Así mismo, es probable que se empiece a evidenciar trastornos psicológicos que podrán generar una dependencia a un proceso terapéutico o farmacológico.
En resumen
Podemos decir que conjugar la autoestima y la salud se convierte en un verdadero reto personal, que es posible lograr. Sobre todo, porque entenderemos que esta relación empieza con un ciclo de autodiagnóstico. Donde, se busca prevenir, controlar y corregir cualquier tipo de dificultad.
Especialmente, porque la disciplina, el autocuidado y el uso de las herramientas que nos ofrece la tecnología converge con una percepción de buen estado físico y un buen relacionamiento social. Lo que hace que se experimente una sensación de satisfacción, felicidad y seguridad, que sin duda aumentara la autoestima y consigo la salud.