Personal de salud, pacientes y sociedad civil han alzado la voz en el Hospital General de Ticul (HGT), Mérida, una obra de infraestructura médica que permanece en “stand by“, consecuencua del litigio donde penden de un hilo 520 millones de pesos, el equivalente a la suma de dinero que será invertido en el nuevo hospital de Cuajimalpa en la capital de la república.
Política, la fuente de todos los problemas
En este sentido y de acuerdo con la información publicada por el periódico El Heraldo de México, el hospital de segundo nivel con 90 camas hospitalarias debería ofrecer servicios de salud a cerca de 75 mil pobladores del sur de Yucatán; sin embargo, nunca se terminó de construir debido al pleito que prevalece entre el gobierno estatal y la empresa contratada para la edificación.
De acuerdo con la publicación, el proyecto tendría un costo inicial de 173 millones de pesos, pero con el paso de los años la empresa encargada de la construcción del inmueble, Infraestructura Hospitalaria de la Península, SAPI de C.V., subsidiaria de Grupo Marhnos, cuadriplicó el precio original, hasta llegar a los 520 millones que tienen pendiente la obra médica.
La obra del Hospital de Ticul fue aprobada por el Congreso del Estado en 2012, durante el último año del gobierno de la priísta Ivonne Ortega. Los legisladores autorizaron que se construyera bajo la modalidad del Proyecto de Prestación de Servicios (PPS), es decir, que una empresa privada se encargue de esas labores y de su operación durante 25 años.
La inversión anunciada para su construcción fue de mil 173 millones de pesos, pero debido al contrato firmado con la empresa Infraestructura Hospitalaria de la Península, SAPI de C.V., subsidiaria de Grupo Marhnos, relativo al tiempo y la cantidad que el Ejecutivo pagaría anualmente, la cifra se elevaría cinco veces.
La doble realidad de la Península
En contraste, en el estado vecino de Quintana Roo, el director general del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), Tuffic Ortega, hizo entrega de las nuevas obras de actualización en el Hospital General Regional de Alta Especialidad (HGAE) No. 17 de Cancún, por el que se dotó de un resonador magnético al nosocomio junto a otros equipos médicos con una inversión de poco más de 65 millones de pesos.
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