Se viven días de descanso para gran parte de la población gracias a la Semana Santa y es el pretexto perfecto para analizar una relación que siempre ha sido criticada. Se trata de la conformada por médicos y religión porque ambos parten de ideas que muchas veces se contradicen entre sí. Aunque eso no significa que sean enemigos porque pueden coincidir en algunos puntos e incluso complementarse.
Pensamientos distintos
De manera tradicional se suele afirmar que la Medicina y la religión han sido enemigas desde el inicio de los tiempos. Todo ha sido ocasionado por las diferentes formas de entender la vida de cada una. Mientras una se basa en la ciencia, otra mantiene un apego por lo sagrado. Aunque al final, este tipo de barreras no necesariamente se oponen porque se pueden practicar ambas.
Ser un profesional de la salud no necesariamente impide practicar alguna religión. Se puede tener ambas creencias aunque para algunos pueda parecer una contradicción. Al respecto, hace unos años la plataforma Medscape realizó un interesante estudio. En el trabajo enfocado en las creencias espirituales participaron más de mil médicos de países occidentales como España, Reino Unido y Estados Unidos. Lo que se obtuvo es que el nueve por ciento afirma creer en Dios.
Algo interesante es que el 63 por ciento dijo que tener una creencia religiosa ayuda a combatir el estrés laboral. De igual forma, se explica que no necesariamente se refiere a creer en milagros o un ser superior sino simplemente creer en algo. Lo anterior es muy interesante si se consideran los elevados niveles de agotamiento mental y ansiedad que prevalecen en la profesión.
Por su parte, el 49 por ciento afirmó tener una creencia religiosa o espiritual. En contraparte, el 39 por ciento dijo que no tenía una en particular. En tanto que el resto prefirió no responder la pregunta.
Respeto por la forma de pensar de cada persona
Al final, a pesar de las notables diferencias que existen entre la ciencia y la religión, cada profesional de la salud es libre de elegir lo que desee. De igual forma, como médico se debe cumplir con el fundamento básico de ofrecer el servicio a cualquier paciente por igual, sin importar su manera de pensar o que exista una incompatibilidad de ideas. Las ganas de servir y ayudar deben ser más grandes que cualquier diferencia.
No se puede negar que en algunas cuestiones como el aborto o el derecho a la muerte digna hay distintos puntos de vista; sin embargo, también se debe hacer hincapié en que a pesar de tener una forma de pensar diferente, en una sociedad civilizada todos deben de tener su lugar.