La organización internacional humanitaria Médicos Sin Fronteras (MSF) deploró la política de “deportación sistemática” del Instituto Nacional de Migración (INM) aplicada a los migrantes centroamericanos.
Carla Denti, coordinadora médica de MSF en México, aclaró que aunque los migrantes en situación irregular pueden registrarse temporalmente en el sistema de salud públic desde 2015, “según nuestra experiencia estas personas todavía carecen de acceso efectivo a la salud”.
Aseveró que en el caso de mujeres víctimas de violencia sexual la situación se torna más compleja, pues a pesar de que la violación es considerada emergencia médica en México, se encuentran con dos barreras, “el miedo a ser deportadas y el miedo al estigma social, que las mujeres mexicanas ya conocen”.
Informó que en una encuesta llevada a cabo en 2015, dos de cada tres migrantes atendidos por MSF reportaron haber sufrido violencia durante su tránsito por el país. Al respecto, explicó:
Desde que el gobierno mexicano implementó el Plan Frontera Sur [en 2014], la seguridad se reforzó y se incrementaron los controles y retenes, obligando los migrantes a tomar rutas más peligrosas.
Denti exhortó a las autoridades a proveer de un sistema de protección eficiente, que considere la violencia a la que estas personas fueron expuestas en los países centroamericanos, pues seis de cada 10 migrantes atentados por MSF salieron de sus hogares tras sufrir ataques directos, y los cuatro restantes al recibir amenazas.
Sobre la violencia, aseguró que se trata de un “factor determinante” que, combinado con la pobreza, obliga a las personas a migrar a México y Estados Unidos.
Hasta hace dos año, se calculaba que en el mundo había 214 millones de migrantes (3.1 por ciento de la población mundial), pero en 2050 podría alcanzarse la cifra de 405 millones, informó la Organización Internacional para las Migraciones, y aunque puede considerarse fenómeno normal, en los últimos tiempos la migración irregular y los riesgos que implica se han incrementado.
En este contexto, México es considerado país de origen, tránsito, destino y retorno de migración internacional.
En 2015 la Unidad de Política Migratoria (UPM) reportó 198 mil 141 personas extranjeras detenidas por el INM que no pudieron acreditar su condición migratoria regular en el país, mientras que de enero a octubre de este 2016 se contabilizaron 157 mil 188.
En tanto, la UPM ha estimado en un millón el número de mexicanos documentados e indocumentados que migran hacia Estados Unidos cada año, y en 400 mil los repatriados anualmente.
Según una gráfica de Statista con información del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), las principales causas por las que los mexicanos emigran son: para trabajar (67,8 por ciento), reunirse con la familia (14,4 por ciento) y estudiar (12,4 por ciento).
No obstante, datos de la Encuestas sobre Migración en las Fronteras Norte y Sur de México (Emif) señalan que el país se está convirtiendo en un destino para guatemaltecos, hondureños y salvadoreños, pues en 2011 el 70 por ciento de los migrantes guatemaltecos decían tener como destino final Estados Unidos, mientras que en 2013 el 48 por ciento mencionó que su intención era quedarse en México.
Al respecto, la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) ha señalado que la mayoría de los gobiernos del mundo se han concentrado en contener el flujo migratorio, pero olvidan que lo más importante es ofrecer a las personas “las condiciones mínimas necesarias que garanticen y protejan sus derechos humanos para evitar que la población se movilice sin desearlo”.
Imagen: Bigstock