Los médicos deberían reportar casos de trasplantes ilegales, dijeron expertos durante un evento organizado por la Pontificia Academia de Ciencias en el Vaticano.
Con la finalidad de abordar el “drama actual” del tráfico ilegal de órganos y la forma de combatir este fenómeno, la doctora Beatriz Domínguez Gil, de la Organización Nacional de Trasplantes (ONT), en España, señaló que los médicos deberían anunciar cuando detecten un paciente trasplantado a través del tráfico ilegal de órganos.
De acuerdo con la experta, la primera dificultad al momento de perseguir este problema, es que “muchas veces ocurre en un contexto trasnacional e implica a más de una jurisdicción con legislaciones ambiguas y que no están armonizadas. Además, los gobiernos internacionales no han trabajado en conjunto para fortalecer la cooperación en la persecución de este tipo de prácticas ilegales”.
Los expertos señalaron que todo el problema “delictivo y mafioso” del tráfico de órganos no sería posible sin que haya algunos médicos y centros hospitalarios implicados.
Dominguez Gil manifestó que 70 por ciento de los trasplantes ilegales a nivel mundial terminan fracasando a causa de infecciones diversas o rechazos que en ocasiones causan la muerte.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), entre el 5 y el 10 por ciento de todos los trasplantes realizados en el mundo se hacen bajo alguna forma de comercialización, ya sea por encargo (turismo de trasplantes) o bien, con la práctica delictiva de tráfico de órganos.
“Los médicos no deben volverse cómplices de los trasplantes ilegales”, dijo Beatriz Domínguez Gil, quien agregó que las víctimas de las redes de tráfico de órganos suele seguir un patrón similar: personas jóvenes, prácticamente analfabetos y por debajo del umbral de la pobreza.
Explicó que el precio de un órgano en el mercado negro puede rebasar la cifra de los 150 mil dólares, de lo que el donante recibe entre un 5 y un 10 por ciento “en el mejor de los casos”. “El resto del dinero es para los traficantes e intermediarios con cifras que pueden variar según el país”.
La solución al tráfico de órganos es mejorar el sistema de donación de órganos de cada país, y en este tema el Estado y los médicos tienen mucho trabajo por hacer.