El trabajo en equipo dentro del ámbito de la salud es fundamental para obtener resultados satisfactorios y ofrecer un servicio de calidad a cada paciente. En este sentido, aunque el género del médico pudiera no parecer relevante, algunos estudios sugieren lo contrario, pues afirman que existen ciertas diferencias significativas entre hombres y mujeres.
Una de dichas investigaciones corresponde a la publicación PNAS, la cual realizó un estudio en el que analizó equipos médicos de quirófanos conformados por hombres y mujeres, encontrando que cuando el grupo está conformado enteramente por varones se presentan más conflictos y divisiones internas que cuando sólo participan féminas.
El análisis se hizo a partir de 200 intervenciones quirúrgicas que se realizaron en 3 hospitales de distintas partes de Estados Unidos entre el 2014 y 2016, de los cuales el 68 por ciento correspondió a cirugías a corazón abierto y el 32 por ciento por laparoscopia.
En este caso, los realizadores del trabajo afirman que las relaciones de cooperación y conflicto entre profesionales de la salud dentro de una sala de operaciones siguen patrones de jerarquía y género, los cuales se hacen más presentes en hombres que en mujeres.
De igual forma, se concluyó que la cooperación fue más frecuente entre mujeres. Además, los comportamientos de afiliación y construcción de equipo fueron más habituales entre el cirujano asistente y el residente.
Finalmente, el estudio mostró que cuando un equipo de trabajo está conformado por personal de ambos sexos, se presentan más problemas internos y de división de opiniones que cuando se conforma por trabajadores de un mismo género.