No es una novedad la saturación que presentan las salas de las clínicas y hospitales de la mayoría del mundo. El problema cada vez luce mayor, en parte por contar con el personal de salud insuficiente. A su vez, esta situación genera diversas problemáticas que tienen un impacto negativo en médicos y pacientes.
Por una parte, los profesionales de la salud sufren de estrés laboral, lo que los vuelve más susceptibles al Síndrome de Burnout. En el caso de los pacientes, en muchas ocasiones no pueden recibir una atención médica completa debido a que existen más personas en espera de ingresar al consultorio.
Ante este panorama, diversos estudios han señalado que la duración mínima necesaria para una consulta general completa es de 10 minutos. El problema es que, durante los últimos años se ha reducido el promedio de duración de cada atención médica.
Más tiempo para cada paciente
Esto ha llevado a una paradoja porque mientras se pide mayor atención para cada paciente, también se solicita el atender a la mayor cantidad posible de personas por jornada laboral. Se trata de un aspecto en el que cualquier decisión que tome el médico puede ser mal vista.
Si realmente se presta más atención por paciente para ofrecer atenciones personalizadas, la calidad de la consulta aumenta, pero se atiende a menos personas. En cambio, si se quiere liberar la carga de trabajo del consultorio, se deben realizar consultas exprés.
Esto se puede traducir en atender a muchos pacientes, aunque la calidad de las consultas no sea la óptima, o recibir a pocos pacientes pero ofrecerles una atención personalizada.
Y en tu caso, ¿qué opción de atención prefieres con tus pacientes?