En España cada vez es más común que la plantilla laboral de los hospitales privados esté integrada por médicos provenientes del sector público.
De acuerdo con una nota del periodo El Confidencial, una gran cantidad de médicos del sector público ‘huyen’ al sector privado por cuestiones de maltrato. “La fuga de médicos del sector público al servicio privado es una tendencia que está creciendo en España”, dijo José Ángel Gómez Pascual, urólogo que dejó el ejercicio médico público para trabajar en el Hospital Quirón de Málaga.
Por su parte, César Ramírez, jefe de cirugía general y digestiva, quien trabaja en el mismo hospital, dio a conocer su decisión en una carta abierta de marcharse al sector privado.
La decepción, el cansancio y el hastío de un sistema de salud imposible han machacado mi vocación de servicio público, que he defendido siempre como hijo de funcionarios que soy, quienes siempre han defendido lo público.
Decenas de compañeros me han dado la razón, pero no todos se atreven a hacerlo público.
Una opción cada vez más frecuente
Un estudio realizado por El Confidencial confirmaría este fenómeno: que los médicos del servicio público se van al privado para ganar más dinero, porque creen que su carrera profesional se encuentra estancada, porque están cansados de contratos temporales y porque el sistema de salud español los obliga a jubilarse a los 65 años por cuestiones burocráticas.
En el sector público los médicos están perdiendo la ilusión, ya no encuentran la salida y muchos colegas se encuentran en el proceso de marcharse, incluso, a otros países.
El urólogo José Ángel Gómez Pascual narró que durante años intentó trabajar en ambos sectores.
Estuve dos décadas en el sector público. Lo hice de forma exclusiva hasta los primeros recortes de Zapatero, lo cual provocó muchos destrozos en la sanidad pública española. Pero un día un amigo me ofreció trabajo por fuera, precisamente en el Hospital Quirón de Málaga. Fue una decisión difícil porque al entrar en el régimen mixto el médico pierde la prima de exclusividad, que son casi 800 euros al mes. Aún así merecía la pena intentarlo.