“No hay cosa más difícil ni más bella que ejercer la medicina en forma digna” es una frase que bien puede englobar el trabajo de toda una vida, la del infectólogo Olindo Adrián Martino, de quien el gremio médico se despide luego de darse a conocer su fallecimiento este fin de semana.
Aunque el deceso de este ícono argentino de la medicina tropical ocurrió el pasado 1 de febrero, el hecho se hizo público días después sin proporcionarse mayores detalles sobre las causas de su muerte.
El galeno nacido el 9 de julio de 1930 destacó en el mundo de la Medicina tanto por sus habilidades profesionales como su por su sensibilidad artística y actitud humanitaria.
Se graduó de medicina en la Universidad de Buenos Aires (UBA) con calificaciones sobresalientes, y de medicina tropical en la Universidad de San Pablo, en Brasil, donde obtuvo la medalla de oro al mejor becario latinoamericano.
De regreso en Argentina, en el Hospital de Infecciosas “Francisco J. Muñiz”, se desempeñó como jefe de la Unidad de Consultorios Externos y, posteriormente, como jefe de la Unidad de Patología Regional, Medicina Tropical y Zoonosis, cargo que ocupó hasta el año 2003.
Su interés por la infectología y la epidemiología también llevó a este especialista en enfermedades infecciosas, tisioneumonología, higiene y medicina social a trabajar durante más de 17 años en zonas vulnerables de Argentina.
Fue docente en prestigiosas universidades, obtuvo siete premios universitarios, fue miembro de la Asociación Médica Interamericana, y convocado por Naciones Unidas como experto en medicina tropical para formar recursos humanos en Ruanda, África.
Entre otros tantos logros, publicó 88 trabajos científicos vinculados a sus especialidades médicas, y escribió siete libros cuyos fondos recaudados se donaron al Hospital “Francisco J. Muñiz”.
La comunidad médica dice adiós a un hombre que será recortado por su enorme legado a la salud del pueblo argentino.
Imagen: YouTube/Intramed