Estoy seguro de que, como varias otras profesiones, el ver nuestra profesión en TV resulta en no pocas ocasiones frustrante debido a la grosera tergiversación del acto médico, de la vida cotidiana o del entorno de trabajo. A las televisoras les gusta jugar rápido y suelto con los hechos y la ciencia. El entretenimiento es genial, de eso no hay duda, pero ello no me impide gritar en más de una ocasión “eso no es real”. La medicina es una carrera tutorial que se aprende durante un periodo de tiempo para después practicarlas diariamente.
Desde 1952 los médicos hemos sido parte del entretenimiento televisivo. Ya sea en dramas como “ER” o “Grey’s Anatomy“; comedia como “Scrubs” o crónicas hiperrealistas como “The Knick“, las historias de los médicos captan el interés de los espectadores en todo el planeta.
El mundo actual se encuentra invadido por imágenes –televisión, iPads, celulares, internet, etc.– y en nuestro país la televisión acapara la gran mayoría de las miradas. La televisión se encuentra de forma omnipresente en casas y negocios y posee un poder de penetración cada vez mayor. Este medio participe e indirectamente es responsable de una gran parte de nuestra cultura y pensamiento, creando opiniones, lenguaje, mitos y costumbres. Sin embargo, de igual manera crea irrealidades y fantasías.
La televisión exhibe otra visión de la realidad
Este medio presenta a la sociedad una óptica nueva, transmitiendo por sus contenidos la duplicidad de visiones. ¿Por qué indicó esto?… debemos considerar que el ritmo de la televisión habitualmente es más rápido que el de la vida real.
En la pantalla todo se soluciona y termina rápido (lo que dura el programa), a diferencia de la vida real, donde los procesos son largos y la resolución tarda tiempo (días, meses, años o incluso no se soluciona). Tal hecho inconscientemente transforma la visión, la respuesta social y expectativas del espectador (paciente), esto sin olvidar que atrás de los medios de comunicación hay personas, grupos de poder, ideologías e intereses de qué es lo que tiene que ver el espectador en los contenidos que se difunden.
Según sus preferencias, el espectador observa programas reales o ficticios, pero si no analiza –los contenidos– de lo que ve, tendrá pensamientos ambiguos, pues no hay problema con los muertos, “al ser actores, más tarde “reviven””, especialmente en los programas de televisión donde participan médicos. Ni qué decir de los eventos aberrantes que apreciamos en dichos programas.
Socialización y Romance
Sí existen las relaciones románticas en un hospital… de hecho conocí a mi esposa en el hospital. Sin embargo, los dramas hospitalarios exageran. No todos los médicos ni enfermeras (o para fines prácticos todo el personal del hospital) desean desesperadamente tener sexo con sus compañeros… de hecho mientras estamos laborando lo que menos tenemos es tiempo, ni siquiera para comer.
Los programas médicos de televisión hacen que parezca que el sexo está ocurriendo en cualquier parte del hospital y a cualquier hora. Lo anterior no quiere decir que los romances nunca ocurran dentro del hospital, pues las relaciones desarrolladas entre el personal médico y/o de enfermería acontecen, pero no buscan cualquier sitio hospitalario para tener sexo y generalmente se mantiene en privado.
Aquí sólo me resta preguntarles, ¿recuerdan la última vez que tuvieron relaciones sexuales en el trabajo?
Muertes
Si el número de pacientes que muere en los programas médicos realmente muriera en la vida real, habría más muertos que pacientes en los hospitales.
En este sentido el erudito israelí de comunicaciones Amir Hetsroni analizó una temporada de cada uno de los populares dramas hospitalarios estadounidenses “ER”, “Chicago Hope” y “Grey’s Anatomy”, encontrando que los pacientes de televisión tenían más probabilidades de morir que los pacientes en la vida real.
Mientras que la tasa de mortalidad en un hospital real es del 5 por ciento, ésta se eleva hasta el 17.5 por ciento en los hospitales de TV. También encontró que los pacientes moribundos en televisión son más propensos a ser jóvenes, del sexo masculino, blancos y gravemente heridos.
Qué decir de los programas de TV o las películas donde el paciente está en coma y necesita un tubo de respiración, no un poco de oxígeno por la nariz. Todos sabemos que si se está en coma no se puede respirar por sí mismo. Se debe de intubar. Las puntas nasales son inútiles y francamente negligentes. Mi explicación es que tal vez el actor o actriz no se vería bien con un pedazo de plástico en la boca.
Reanimación cardiopulmonar (RCP)
En realidad los médicos no vemos tantos casos de paro cardiorespiratorio como se aprecia en televisión, ni siquiera los especialistas en urgencias como yo atendemos tantos casos. Las urgencias reales que ponen en peligro la vida del paciente son entre 15 y 20 por ciento de los casos, es decir 1 de cada 5.
En un capítulo de Grey’s Anatomy un paciente entra con dolor en el pecho y 2 segundos después se lleva a quirófano para una cirugía a corazón abierto. Eso no es real de ningún modo, pues ningún paciente puede ser llevado a quirófano sin haberlo estabilizado o siquiera haberlo preparado adecuadamente para entrar al quirófano.
Por ello estos eventos de alta adrenalina, la RCP es frecuentemente retratada incorrectamente. Según un artículo publicado en The New England Journal of Medicine, en televisión, la mayoría de los pacientes sobreviven después de recibir la resucitación cardiopulmonar, pero en realidad sólo sobreviven el 5 por ciento, sin lesión cerebral y la supervivencia de un paro cardíaco fuera del hospital es de alrededor del 10 por ciento.
No pasa (ni pasara) que después de un trauma severo de cráneo o un choque el paciente abra los ojos, tosa y se despierte, pues cuando realmente sucede, no es un final feliz, situación que termina por molestar a los pacientes y sus familiares, quienes creen cosas que por ningún motivo son ciertas.
No estoy en contra de difundir la RCP (de la que fui instructor); sin embargo, espero que ver la RCP en la televisión o en las películas anime a la gente a aprenderlo, ya que puede muy bien salvar una vida. Simplemente hablo de no mentir a los familiares y pacientes que se les cree expectativas no realistas. También estoy emocionado de ver que en varios lugares se tengan desfibriladores automatizados.
Los doctores no hacen todo
Cuando se trata de las responsabilidades médicas, los programas de televisión tienden a darnos mucho más crédito de lo que realmente merecemos. La clásica frase televisiva, hecha al marido en la sala de expulsión “¿A quién prefiere a su esposa o a su hijo?” presenta a los médicos como genios que podemos diagnosticar y tratar cualquier condición, operar equipos de diagnóstico (tomógrafos, RMN), analizar muestras de sangre (y hacer nosotros mismos el diagnostico), además de realizar una cirugía compleja en la sala de urgencias… todo en el mismo día y sin sudar.
Así, sin más los programas de televisión tienden a dejar fuera actividades de otros profesionales de la salud, desde el médico general que puede haber sospechado una enfermedad y el consecuente envío al hospital, el radiólogo, el técnico de laboratorio, la enfermera, el farmacéutico, el cirujano, etc.
La medicina y el cuidado de un paciente no es un esfuerzo de un solo hombre. Como médicos nos especializamos. Las instituciones subcontratan a expertos. Simplemente un médico no puede estar al tanto de todos los procedimientos. Sería como si yo realizara una cirugía de corazón y luego apareciera nuevamente, para auxiliar dar a luz a un bebé, administrar un anestésico y terminara haciendo “chambritas para el hermoso bebe que ayude a nacer”.
Cosas que son francamente poco realistas
Hay otros argumentos en los dramas hospitalarios que, por el bien del entretenimiento, son francamente ilusorios.
En un episodio de “Grey’s Anatomy”, cuando una paciente muere misteriosamente, Christina e Izzie realizan una autopsia no autorizada contra los deseos de la familia. Un médico los atrapa con las manos rojas (literalmente), pero en bien del diagnóstico y del aprendizaje no lo reporta, ya que se demostró su teoría sobre por qué murió. En la realidad quien lo haga tiene una pena mínima de suspensión de su cédula profesional a cárcel, en la realidad ni siquiera un interno, saldría sin castigo.
Además me he encontrado que varios pacientes desean que los atienda alguien tan bueno como el “Dr. House”, pero me siento muy seguro de decir que si a un médico un paciente le molesta y los insulta, incluso con humor o con un ingenio, estaría en un montón de problemas. Lo mismo sucede con sus colegas.
Si un médico como “Dr. House” es adicto a analgésicos, no puede seguir ejerciendo. La profesión médica toma muy en serio el abuso de sustancias y así un medico como Gregory House por brillante que sea, cualquier persona con un problema tan serio habría estado en rehabilitación y sus servicios se suspenderían por su adicción a los opiáceos.
Como programa me gustaba ver en momentos a “Dr, House”, pero entrar en una casa del paciente para buscar pistas sin pedir permiso, lo pueden volver a uno loco porque no puede entrar a una casa, tomar muestras del aire acondicionado, llevarlas al laboratorio donde usted hace una serie de pruebas para decirle al paciente todo lo que necesita saber y salvar el día… esto es un crimen serio y simplemente en la realidad nunca, nunca sucederá. Además rara vez en el programa encontraba enfermeras y menos aun haciendo procedimientos. ¿Ni pensar en TV a una enfermera que pone una sonda de catéter Foley o hace un enema?
¿Conseguir un marido médico cuando soy paciente, es posible?
En la televisión es muy frecuente, en la realidad, las posibilidades son grandes si se asiste diariamente a la escuela de medicina, otra trabajar en un hospital, como paciente difícil pero no imposible. Ya que odio decirlo –y me van a odiar más– pero muchos de los doctores son un gran grupo de nerds. Atendemos pacientes y tenemos varias actividades por hacer así que no estamos siempre guapos o arreglados, si son mujeres el cabello no está al 100 por ciento arreglado, ni decir del maquillaje, que en las cirujanas o en las que utilizan cubre boca se encuentra en el interior. Así los médicos nos vemos bien, pero en general, el trabajo es trabajo y hay que hacerlo ¡Lo siento!
Por el lado positivo, el tiempo constante que trabajamos en interiores implica que tenemos una piel hermosa.
Actualmente la mayoría usamos computadoras para ver radiografías o tomografías computarizadas. Pero en los programas “siempre alguna radiografía mal puesta” por lo general de tórax, que no tiene relación alguna con el “paciente” pero que misteriosamente de ahí se hace el diagnóstico. En la realidad no dejas la radiografía de un paciente olvidado so pena de castigo y regaño, además de exponer nuevamente a tu paciente a rayos X.
En las películas o programas de televisión, la “Flatline” no se llama así es asistolia. Y no se corrige desfibrilando al paciente; mi recomendación si en un programa le dicen así “flatline”, debes apagar el televisor. ¿Por qué? Una línea plana en un monitor antes de pensar en asistolia debes descartar que el monitor está desconectado (si ya sé para los puristas hacer un “quick look”) y después corroborar que el paciente tiene asistolia donde el corazón no tiene actividad eléctrica o mecánica en absoluto.
Como epílogo
Mientras que los programas de TV médica casi siempre se alejan de la verdad, no hay duda que pueden entretener a uno, pero si uno de estos programas con errores se le presenta a un paciente puede tener un pensamiento erróneo de la medicina y de la forma en que se ejerce. Ya que pueden ser tan poco realistas que los que trabajamos en un hospital a veces los vemos para reírnos un poco de ellos, ya que sabemos que es un espectáculo sobre nuestro trabajo, aun después de un turno de 12 a 36 horas. Pero no podemos verlos para aprender y menos recomendárselos a nuestros alumnos.
Hay que discernir si estos programas, ¿son un bien público?, o ¿alimentan el morbo nacional?, si sirven ¿solamente como modos y maneras de aumentar los índices de audiencia?
En la siguiente entrega se hará un recuento puntual de las diferencias entre médicos y actores
Termino esta primera entrega diciendo lo siguiente
“Soy buen médico, pero sería doblemente excelente en la televisión”
Referencias
Hetsroni A. If You Must Be Hospitalized, Television Is Not the Place: Diagnoses, Survival Rates and Demographic Characteristics of Patients in TV Hospital Dramas. Communication Research Reports Vol. 26, No. 4, November 2009, pp. 311–322.
Allgeyer K. ER vs. ‘ER’: are medical TV shows true to life as an ED nurse? Working Nurse website. http://www.workingnurse.com/articles/ER-vs-ER-Are-Medical-TV-Shows-True-to-Life-as-an-ED-Nurse.
Baker M. Poking holes in TV medical dramas—and loving it. Stanford School of Medicine website. Fall 2007. http://stanmed.stanford.edu/2007fall/med-tv.html.
Diem SJ, Lantos JD, Tulsky JA. Cardiopulmonary resuscitation on television: miracles and misinformation. N Engl J Med. 1996;334:1578-1582. http://www.nejm.org/doi/pdf/10.1056/NEJM199606133342406.
Dubner SJ. If you must be hospitalized, television is not the place. Freakonomics website. December 17, 2010. http://freakonomics.com/2010/12/17/if-you-must-be-hospitalized-television-is-not-the-place.
Farrimond S. The top 10 medical TV myths. Doctor Stu’s Blog website. January 19, 2011. http://realdoctorstu.com/2011/01/19/the-top-10-medical-tv-myths.