• ¿Necesitas conocimientos financieros? Es posible que obtengas un ingreso considerable como médico, pero no te sientas cómodo administrando tus finanzas.
• La educación financiera entre los médicos (especialmente aquellos en posiciones de liderazgo) comienza con algunas preguntas clave.
• Para mejorar tu educación financiera, puedes adoptar un enfoque estructurado. Comienza con lo que sabes e identifica las lagunas en tu conocimiento.

Según un artículo publicado por Harvard.edu, la educación financiera entre los médicos (especialmente aquellos en posiciones de liderazgo) comienza con algunas preguntas, siendo la primera: ¿Dónde comienza mi conocimiento sobre este tema?

Con respecto a las interacciones con los administradores financieros, otra pregunta importante es: ¿Cuánto de estas conversaciones entiendo? Evalúa qué funciona y qué no, e identifique las partes con las que careces de experiencia para cerrar las brechas en tu conocimiento financiero.

Este proceso puede sentirse incómodo, pero en última instancia aumentará tu competencia financiera.

Una pregunta final que los médicos pueden hacerse mientras buscan perfeccionar sus habilidades financieras es la siguiente: ¿Cómo hago preguntas significativas y de alto nivel? Al hablar con expertos financieros, plantear buenas preguntas es fundamental para ampliar tu conocimiento. 

Además, puedes eliminar cualquier antagonismo y obtener lo que necesitas.

4 consejos para desarrollar los conocimientos financieros

1. Conozca su flujo de caja. Reúne tus registros financieros. Evalúa los impuestos sobre la renta y registra tus gastos actuales. Si bien es potencialmente doloroso, esto te ayudará a lograr una mejor comprensión de tus hábitos financieros.

2. Cortar gastos innecesarios. Tendemos a gastar la mayor parte de nuestro dinero “uno al lado del otro” o durante todo el día. Esto es especialmente cierto para aquellos que trabajan en oficinas y en Zoom. Después de un largo día, a veces es más fácil deshacerse de la comida casera (más barata) para salir a cenar. Una hoja de flujo de efectivo resaltará el dinero que gasta en cosas de las que puedes prescindir, lo que facilitará el ahorro.

3. Comprométete a ahorrar. ¿Con qué frecuencia depositas dinero en una cuenta de ahorros? Si la respuesta es “No estoy seguro”, intenta esto: Programa un horario regular para ahorrar. Ya sea semanal, bimensual o algún otro programa, los ahorros comprometidos harán crecer tus activos más rápido de lo que espera.

4. Trabaja con un asesor de confianza. No tienes que navegar solo por el complicado mundo de las finanzas. Pregunta a tus amigos o familiares si tienen un asesor en el que confíen. Las consecuencias económicas de la pandemia de COVID-19 aún se sienten, lo que complica la planificación financiera.