Aunque dicen que el líder no nace, sino que se hace, hay personas que creen que lo son y adoptan actitudes y conductas que pueden ser devastadoras en el establecimiento de salud.
Como médico prendedor te corresponderá atender asuntos de distinta índole, incluidos los referentes a la operación del recurso humano, motivo por el que se hace necesario estar atentos a la eventual aparición de estos trabajadores que pueden poner en riesgo el desempeño de todo el equipo de trabajo.
En general, el médico emprendedor debe saber que el “antilíder” puede presentar las siguientes conductas dentro del consultorio, clínica u hospital:
1. Ego exacerbado
- Una persona que cree saberlo todo se cierra al aprendizaje y, además, por ese hecho puede pretender que sus colegas hagan lo que él dicta escudándose en que supuestamente tiene la razón.
2. Se le dificulta trabajar en equipo
- El médico emprendedor debe tener mucho cuidado con las personas que suelen culpar a sus equipos de trabajo de los errores cometidos, ya que habitualmente trabajan por su cuenta creyendo que son respaldados y, en caso de fracaso, responsabilizan a los demás.
3. Se enfoca sólo en las metas del establecimiento de salud
- Mientras el líder suele ser fuente de inspiración para otros trabajadores, el “antilíder” está lejos de serlo, pues en principio ignora las necesidades de los demás si eso conlleva algún avance en las metas empresariales; en suma, busca objetivos aunque falle en el proceso de alcanzarlos.
¿Qué hacer con un “antilíder” en el establecimiento de salud?
En caso de que el médico emprendedor identifique a algún colaborador con estas características, los especialistas en el tema recomiendan hacerle cuestionarios con interrogantes que le hagan notar su mal desempeño y, enseguida, fijar lineamientos medibles que permitan observar en él un cambio real.
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