Idealmente, un centro médico, consultorio, laboratorio o farmacia son administrados por un equipo perfecto. Es decir, que no solo consta de colaboradores capaces e inteligentes. También, donde todos se llevan bien y hay un sentimiento de fraternidad generalizado. Pero muchas veces, dos o más colaboradores simplemente no pueden llevarse bien. Si en tu espacio de trabajo sobrellevas una situación así, por el bien del negocio, debes aprender a solucionarla. Te enseñamos cómo:
1Entiende qué provoca la tensión y cómo reaccionas a ella
Primero, se debe aceptar y reflexionar. Es importante reconocer que un médico debe encontrar el mayor valor posible en cada interacción. Ya sea con su superior, con compañeros de trabajo o con pacientes. Después, hay que estar dispuesto a cooperar para solucionar el problema. Lo anterior implica abrirse a la posibilidad que la rivalidad y el conflicto surjan de la actitud propia.
2Trabaja arduamente para captar la perspectiva del otro médico
Realmente nadie se levanta con el objetivo de hacer miserable la vida de los demás. Por eso, es necesario reflexionar sobre el comportamiento de la otra persona. En especial, hay que pensar sobre su motivación, qué necesitan de uno y qué visión tienen de ti y su entorno.
3En lugar de criticar o competir, trata de resolver
Un equipo médico no progresará si sus integrantes pelean entre sí. Es preferible encarar el problema de frente y tratar de solucionarlo cuanto antes. En este sentido, una estrategia es conversar con la otra persona. Así, se le puede proponer colaborar para mejorar la dinámica.
4Pregunta, en lugar de reafirmar
Muchos conflictos parten de una incapacidad para escuchar. Es posible que tú y tu compañero no puedan trabajar porque ninguno quiere ceder. Es mejor que presentes al otro médico con cuestionamientos y preguntas abiertas. Aquí, procura siempre fomentar la conversación.
5Mejora la comprensión de tu estilo interpersonal
Es facilísimo decir que otro médico y tú no funcionan porque no hay química. Pero es mucho más efectivo entender en qué piensan, actúan y trabajan distinto. Así, ambos pueden encontrar por qué su relación es naturalmente difícil. Incluso, se pueden hallar oportunidades para complementarse.
6Pide ayuda
Solicitar el apoyo de la otra parte para crecer y mejorar es la prueba última de disposición. Así, tú y el otro médico pueden iniciar una relación más sana. Todavía más importante, es una demostración de reconocimiento mutuo. Con estas bases, el trabajo en equipo mejora.