Muchas veces se piensa que en la profesión médica el apoyo entre colegas es un comportamiento anómalo muy frecuente. Que la envidia, los desacuerdos e incluso la propia personalidad de algún médico pueden ser factores detonantes de un ambiente de trabajo inestable, tenso o poco agradable entre los profesionales de la salud.
Y, ¿siempre es así?
De acuerdo con la información presentada en un artículo publicado por la cadena de noticias CTV News, un médico del Hoag Hospital del condado de Newport Beach (HHNB) en el Estado de California, Estados Unidos, donó uno de sus riñones a un colega enfermo, quien desde hace tiempo buscaba desesperadamente el transplante.
Se trata de la doctora Colleen Coleman (a la derecha) una especialista del HHNB que se sometió a la intervención quirúrgica para salvar la vida de su colega, Brian Dunn, un joven anestesiólogo del mismo centro médico, quien, conforme a la versión de los diferentes médicos del lugar, nunca recibió la quimioterapia necesaria para atender un tumor estomacal durante la adolescencia.
La historia:
El doctor Dunn ya había recibido un riñón de su madre, cuando tenía 25 años de edad. Pero, como se sabe, los transplantes no duran para siempre y las condiciones lo obligaron a requerir de otro, nuevamente.
Sinceramente, pensé que no iba a suceder. Que el transplante no iba a llegar. Empecé a rendirme. Maldita sea, me sentí mal.
Dunn comenzó la diálisis en abril y requirió de pasar hasta cuatro veces al día por este proceso para purificar su sangre, del cual sólo pudo decir que consumió mucho tiempo, esfuerzo y sobre todo, vida. Era como estar en prisión.
La intervención de Coleman también casi no sucede luego de una selección inicial en la que erróneamente se le indicó que incompatible. No obstante, la cirugía se llevó a cabo el mes pasado y fue un éxito.
Después de eso, Colleen fue a ver a Dunn para decirle:
Sólo quería asegurarme de que mi riñón pudiera hacer pis.
Finalmente, Brian Dunn reflexionó sobre lo sucedido al tiempo que se mostró agradecido con la vida y con su compañera de profesión.
El lunes 30 de enero es un día que recordaré para siempre. Es el día en que alguien hizo algo realmente desinteresado para mí. Colleen, eres una respuesta a la oración y un ejemplo asombroso para todos los que te rodean.
Coleman donó al doctor Brian Dunn una parte de sí para devolverle la salud.
¿Tú lo hubieras echo?
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