De manera convencional se suele afirmar que dentro de su trabajo cotidiano el personal médico salva vidas. Siempre ha sido así pero con la llegada de la pandemia se ha hecho más evidente. El trabajo de los profesionales de la salud es invaluable y nunca se había observado con tanta claridad la importancia de sus acciones. En ocasiones tienen carencias y enfrentan adversidades en los hospitales pero nada los detiene para cumplir con la máxima del Juramento Hipocrático.
Los riesgos de atender pacientes en pandemia
Para ejemplificar lo anterior, un médico del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) no solo es un héroe sino también un aguerrido a su trabajo. Se trata del urgenciólogo Rogelio “R”, quien labora en Puebla y en septiembre del año pasado se infectó de Covid-19.
Con base en lo que relata, durante una de sus jornadas de trabajo intubó a una persona que llegó con dolor precordial. A través de una placa de Rayos X se percató que había una diseminación pulmonar seria y al realizarle la prueba rápida el paciente salió positivo a esta nueva enfermedad.
A los pocos días el médico urgenciólogo comenzó con los primeros síntomas: fiebre, pérdida del gusto y olfato. Después de las pruebas pruebas correspondientes se corroboró el diagnóstico. A partir de entonces permaneció en resguardo dentro de su domicilio. En su casa comenzó a desaturar a 90 por ciento, el dolor de cabeza incrementó, se agravaron los problemas intestinales, dolor abdominal, cuadros de enteritis y vómito.
Por lo anterior fue necesario ingresarlo al Hospital General de Zona (HGZ) No. 23 de Puebla en situación crítica con saturación al 86 por ciento. Al no presentar mejoría los especialistas tomaron la decisión de enviarlo al Hospital General de Zona (HGZ) No. 20 “La Margarita”.
A un paso de la muerte
A partir de entonces su estado empeoró todavía más y permaneció 12 días intubado. Gracias a su persistencia y la colaboración de todos los compañeros el médico logro superar a la Covid-19. Como resultado de su estancia perdió más de 14 kilos pero eso no importa porque ahora está con vida para contarlo.
La parte más sorprendente de la historia es que después de varias semanas en reposo el pasado 3 de enero el médico regresó a laborar. El urgenciólogo considera que su vocación de ayudar a los demás debe mantenerse y por lo tanto no dudó en reincorporarse a sus labores.
Con base en su experiencia, el Dr. Rogelio hizo un llamado a la población a cuidarse y extremar medidas porque los jóvenes son los que llevan el virus a sus casas e infectan a las personas mayores o vulnerables que están en resguardo.