En los últimos cincuenta años, el sueño y sus trastornos han pasado de ser una curiosidad para los clínicos a convertirse en una prometedora área de investigación. En la actualidad no tiene discusión la importancia sanitaria de los trastornos del sueño, este grupo de enfermedades con prevalencia tan elevada, pasó de ser una rareza a considerarse un problema de salud pública.
La medicina del sueño es un área transversal que recibe aportaciones de muchas disciplinas, por lo tanto, está destinada a todos los profesionales de diferentes especialidades, como la neurología, psiquiatría y psicología, neumología, pediatría, neurofisiología, y áreas de la atención primaria y salud pública interesados en abordar, desde un punto de vista global, los trastornos del sueño.
El sueño es una función biológica de central importancia para la mayoría de los seres vivos. Durante el sueño se produce una diversidad de procesos biológicos de gran relevancia, como la conservación de la energía, la regulación metabólica, la eliminación de sustancias de desecho, la consolidación de la memoria, la activación de sistema inmunológico, entre otras.
A nivel clínico, cada día se conoce un poco más acerca de las alteraciones o trastornos del sueño que existen, las causas, su frecuencia y las consecuencias que tienen dichos trastornos sobre la salud humana en el corto y el largo plazo.
El estudio clínico de los trastornos del sueño requiere de la realización de estudios diagnósticos, en algunos de ellos se requiere de equipos e instalaciones especiales para llevarlos a cabo, como es el caso de la polisomnografía, las escalas y cuestionarios, con los cuales se puede evaluar la probabilidad de la existencia de un trastorno del sueño1. Sin embargo, las escalas y los cuestionarios presentan inconsistencias, por lo que, aún no se consideran como una herramienta que permita diagnosticar con certeza los trastornos del sueño2. En realidad, son herramientas que apoyan o enriquecen el diagnóstico y permiten la estimación de los componentes subjetivos de dichos trastornos, como son: la calidad de sueño, satisfacción, repercusiones en la vida cotidiana, etc. Además, permiten evaluar el sueño en un marco temporal más amplio.
Polisomnografía
Es el considerado el “estándar de oro” en el diagnóstico de los diferentes trastornos del sueño. Se realiza en un laboratorio especializado donde se monitorizan múltiples variables biológicas del individuo durante una noche de sueño. Entre las variables que se registran están la estadificación de las etapas del sueño mediante monitoreo continuo del EEG, electrooculograma, Electromiograma submentoniano, flujo de aire nasal y oral, oximetría, el esfuerzo respiratorio, electrocardiograma, electromiograma del músculo tibial anterior y monitorización de la posición del paciente. Dependiendo del diagnóstico clínico del paciente, pueden añadirse otros parámetros: monitorización transcutánea de CO2, actividad muscular de las extremidades, video-EEG ampliado; intumescencia del pene, presión esofágica o monitoreo continuo de la presión arterial2, 3.
Actigrafía
Se trata de un estudio que emplea un dispositivo portátil, que se coloca generalmente en alguna de las manos y que cuantifica, mediante un acelerómetro, el tiempo de actividad o los movimientos y los periodos de reposo-sueño que presenta el individuo a lo largo de 24 horas. En este sencillo estudio se cuantifica la latencia de sueño, la duración de sueño, la duración de alerta y el número de despertares durante la noche2.
Estudio de latencias múltiples de sueño
Es un estudio que se realiza durante el día, el estudio, técnica y método, son muy similares a los de la polisomnografía, pero durante episodios breves y diurnos del sueño (siestas). Durante este estudio se evalúa la latencia del sueño y sobre todo la latencia del sueño MOR; es decir, qué tan rápido se queda dormido el individuo durante el día y con cuánta rapidez entre en la fase del sueño MOR.
En la población en general está en aumento la frecuencia de los diferentes trastornos del sueño. En este incremento están involucrados múltiples factores entre los que se destaca de manera muy importante el estilo de vida actual, en donde se sacrifican las horas de sueño en aras de tener más tiempo para realizar actividades durante la noche. La preocupación nace de la asociación demostrada que existe entre los trastornos del sueño y las diferentes enfermedades crónicas, las cuales afectan de manera importante la calidad y la expectativa de vida de los jóvenes del futuro.
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS
- Guimarães Pereira Togeiro SM, Smith AK. Diagnostics methods for sleep disorders. Rev Bras Psiquiatr. 2005; 27(Suppl 1): 8-15.
- Abrishami A, Khajehdehi A, Chung F. A systematic review of screening questionnaires for obstructive sleep apnea. Can J Anaesth. 2010; 57: 423-38.
- Abad VC, Guilleminault C. Diagnosis and treatment of sleep disorders: a brief review for clinicians. Dialogues Clin. Neurosci. 2003; 5: 371-88.