Dolor de cabeza, de estómago, de huesos, de articulaciones, de músculos… Podemos experimentar dolor en muchas partes distintas de nuestro cuerpo. Y es aquí donde el consumo de algún medicamento analgésico se convierte en una posibilidad. Pero, ¿cuáles son los medicamentos contra el dolor más comunes?
A continuación te mostramos los fármacos analgésicos más comunes.
¿Cuáles son los medicamentos contra el dolor más comunes?
Los analgésicos primarios son aquellos medicamentos que tienen como efecto farmacológico principal, a través de su principio activo, el aliviamiento o supresión del dolor. Se trata de fármacos de amplio espectro, es decir, útiles contra distintos tipos de dolor. Pero cada uno de ellos tiene sus particularidades.
Por regla general, los medicamentos analgésicos se dividen en tres grupos: antitérmicos, antiinflamatorios y opioides. Pero estos son los más comunes.
Los medicamentos contra el dolor más comunes
1. Analgésicos antitérmicos
Los medicamentos antitérmicos o antipiréticos son aquellos que, tras ser administrados, adormecen el centro hipotalámico. Cosa que se traduce en una bajada generalizada de la temperatura. Así pues, son medicamentos útiles para bajar la fiebre cuando esta está por encima de los 38,9 °C.
Paracetamol
Uno de los (si no el que más) medicamentos analgésicos más conocidos es el paracetamol. Este medicamento, además de ser la mejor opción para reducir la fiebre, también tiene efectos analgésicos. De hecho, el paracetamol es el fármaco más utilizado para reducir el dolor ya que es efectivo en la inmensa mayoría de casos y presenta pocos efectos secundarios. No tiene acción antiinflamatoria, pero sí que alivia el dolor.
Nolotil
El Nolotil forma parte del grupo farmacológico de “Otros Analgésicos y antipiréticos”, pero hemos decidido hablar de él en este apartado porque antiinflamatorio no es y opioide tampoco. El Metamizol, comercializado como Nolotil, es un analgésico que, dependiendo del país, puede conseguirse con o sin receta.
2. Analgésicos antiinflamatorios
Los medicamentos antiinflamatorios son aquellos que, además de bloquear también la síntesis de prostaglandinas y aliviar la experimentación de dolor, reducen la inflamación que haya en cualquier órgano o tejido del cuerpo. Hay que tener en cuenta, eso sí, que hasta un 20% de las personas que los toman presentan efectos secundarios adversos a nivel estomacal. Sea como sea, estos son los analgésicos antiinflamatorios más frecuentes.
Ibuprofeno
Sin duda, uno de los medicamentos rey es el ibuprofeno. Además de sus efectos antiinflamatorios y antipiréticos, es útil para aliviar el dolor. Especialmente los de cabeza, los menstruales y los que surgen después de una lesión deportiva o un golpe.
Aspirina
La aspirina ha ido perdiendo popularidad ya que, pese a que durante un tiempo fue la mejor opción para reducir el dolor, la fiebre y la inflamación, la irrupción del paracetamol y el ibuprofeno hizo que, al presentar estos menos contraindicaciones y efectos secundarios, su consumo se redujera mucho. A día de hoy, se reserva para aliviar los dolores dentales, menstruales, de espalda y, especialmente, los de cabeza más agudos.
Diclofenaco
El diclofenaco es un medicamento antiinflamatorio que se suele utilizar en su papel como analgésico para aliviar el dolor de la artritis, la menstruación y la migraña. Cabe destacar, sin embargo, que pese a que sea útil para aliviar esta migraña, no sirve ni para prevenirla ni para tratar otros tipos de dolores de cabeza. Un fármaco útil en contextos específicos y siempre bajo recomendación de un médico.
Enantyum
El enantyum es, seguramente, uno de los medicamentos antiinflamatorios más potentes. De ahí que nunca se pueda tomar por cuenta propia. Se reserva para aliviar el dolor agudo en el postoperatorio después de una intervención quirúrgica o para casos muy graves de dolor de espalda, musculares o por traumatismos que no pueden paliarse con otros analgésicos. No se administra en pacientes con dolor crónico, pues su tiempo de administración debe ser muy corto, nunca superior a una semana.
Naproxeno
El naproxeno es un medicamento antiinflamatorio que, en su papel como analgésico, se suele recetar para aliviar el dolor de la artritis, la artrosis, la migraña, la tendinitis y la bursitis, que es una inflamación del saco lleno de líquido que, en las articulaciones, sirve para amortiguar los golpes. Hay que tener en cuenta que solo se administra en estos casos, pero no en situaciones de dolores leves.
Analgésicos opioides
Dejamos los medicamentos “para todos los públicos” y nos centramos en los opioides, aquellos que, una vez administrados. Actúan sobre los receptores opioides del sistema nervioso, alterando el modo en el que el cerebro procesa la sensación de dolor. Generan adicción (son drogas), por lo que su administración se reserva para casos excepcionales.
Veamos los dos más comunes.
Morfina
El analgésico opioide por excelencia. La morfina es una potente droga opiácea que se utiliza con relativa frecuencia en el ámbito clínico para el tratamiento del dolor de moderado a fuerte. A nivel químico, es el alcaloide que se encuentra en mayor porcentaje en el opio, un extracto de la exudación lechosa y blanca que se obtiene de las cápsulas de la amapola.
Tramadol
El tramadol es otro opioide que, eso sí, tiene una afinidad hacia los receptores opioides unas 6.000 veces menor a la de la morfina. De ahí que no sea tan efectivo pero tampoco tan adictivo. Al igual que la morfina, tiene actividad sedante, pero este se recomienda para aliviar el dolor postoperatorio o el vinculado a la osteoartritis que sea suficientemente intenso como para no poder ser aliviado con otros medicamentos que hemos visto anteriormente.
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