- La OMS afirma que desde 1975 la obesidad se ha triplicado en todo el mundo.
- Tan solo en 2016 había más de 340 millones de niños y adolescentes con exceso de masa corporal.
- La mitad de los pacientes con sobrepeso u obesidad que acuden a una cita de nutrición no regresan a un segundo encuentro.
Existen distintos problemas de salud pública que afectan a la humanidad aunque hay uno en específico que cada vez es mayor. Se trata de la obesidad y ya es considerada una amenaza mundial, por lo que se han diseñado diversas estrategias que van desde cambios en el estilo de vida hasta medicamentos. Pero el mayor inconveniente es que no se observan resultados claros y la situación cada vez es más preocupante.
En se sentido, algo que se debe tomar en cuenta es que la obesidad es el primer paso para otras patologías de gravedad como hipertensión arterial, diabetes tipo II, índices elevados de colesterol y triglicéridos, problemas osteoarticulares, riesgo de padecer cáncer, apnea del sueño y problemas cardiovasculares.
Con esto en mente, el Dr. Bernardo Rea Ruanova, quien es Director de la clínica integral Gastrobariátrica Santa Fé, señala que los medicamentos NO funcionan por sí solos contra la obesidad. Por lo tanto, es necesario apegarse a un plan multifuncional para incrementar las probabilidades de éxito.
Opciones farmacológicas actuales
Ahora bien, aunque la lista es más amplia, actualmente hay tres fármacos disponibles en México que han demostrado su efectividad para la disminución de masa corporal.
- Orlistat: Es una molécula de administración oral que reduce la absorción intestinal de la grasa de los alimentos. Puede reducir hasta el 5% del peso de partida.
- Fentermina-topiramato y GLP-1: mostraron los mejores efectos para bajar de peso, pero eso no significa que la mayoría de las personas deban usarlo sin considerar su contexto individualizado. La certeza de la evidencia varió entre los estudios y para los diferentes medicamentos incluidos en el análisis. El nivel más alto de certeza fue para el cambio de peso medio desde el inicio y las probabilidades de lograr una reducción de peso del 8 u 11% con fentermina-topiramato, agonistas del receptor GLP-1 como clase y semaglutida.
- Liraglutida: De administración subcutánea diaria, mimetiza el efecto de GLP-1 (Glucagon-Like Peptide-1). Este péptido intestinal, que se sintetiza en respuesta a la presencia de alimentos en el tubo digestivo, estimula la secreción de insulina por el páncreas después de las comidas. En el proceso participa otro péptido, el GIP (Glucose-dependent Insulinotropic-Polypeptide). GLP-1 y GIP también generan sensación de saciedad al actuar sobre una región del cerebro llamada hipotálamo. Los pacientes a los que se les prescribe pierden hasta un 7 % de peso.
Por su parte el cirujano Bariatra Fernando Pérez Galaz asegura que hay que enfatizar que el tratamiento de la obesidad se debe realizar bajo supervisión médica. Entre otros factores, se debe tener en cuenta el Índice de Masa Corporal (IMC). Se calcula dividiendo el peso de una persona (en kilos) por su talla (en metros) al cuadrado.
El uso de fármacos puede ser adecuado cuando el IMC es igual o mayor de 30 kg/m² o si es superior o igual a 27 kg/m² y la persona sufre diabetes, hipertensión o hipercolesterolemia.
“Por el momento no contamos con fármacos que hayan demostrado pérdidas mayores que el 20% del peso corporal. En los casos en los que es necesario conseguir descensos superiores, la cirugía bariátrica es una mejor opción terapéutica. Está indicada cuando el IMC es igual o mayor de 40 kg/m² o en casos de IMC igual o mayor de 35 kg/m² si el paciente tiene diabetes, hipertensión o hipercolesterolemia”.
¿La obesidad es una enfermedad?
Para que todos estos fármacos se aprueben y sean financiados por el sistema público es importante que las administraciones consideren la obesidad como una enfermedad. En este sentido, se debe valorar que una pérdida de peso conlleva muchos beneficios para la salud, desde un mejor control de la hipertensión arterial hasta un menor riesgo de padecer determinados cánceres.
Sabemos que hoy en día se considera a la obesidad como una enfermedad crónica, compleja, multifactorial, que aún no tiene una cura específica, no está siendo bien enfocada y por ende no es tratada adecuadamente. Aún más preocupante resulta el hecho de que la obesidad aumenta tanto en los países en desarrollo como en los desarrollados.
¿Cuánto tiempo hay que estar con el tratamiento?
Ante la pregunta de si existe un tratamiento para bajar de peso sin cambiar los hábitos de vida, la respuesta es no. Los fármacos y la cirugía pueden ser un buen complemento de la nutrición, actividad física y ejercicio en determinados casos de obesidad, pero por sí solos no solucionan esta patología.
Aunque pueden ser de gran ayuda, los fármacos siguen siendo un complemento en el tratamiento de la obesidad. La actividad física es especialmente relevante, ya que tanto los medicamentos como la dieta disminuyen también el agua corporal y la masa muscular. Sólo el ejercicio permite preservar el músculo y que las reducciones del peso se produzcan principalmente a expensas de la grasa.
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