Desde que se anunció el desarrollo de la vacuna contra la Covid-19 hubo un fuerte riesgo que se alertó. Se trata de la falsificación de insumos que es una práctica ilegal bastante usual a nivel global. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS) el 10 por ciento de fármacos que se comercializan en el planeta son apócrifos. Eso genera pérdidas millonarias para las empresas pero lo más preocupante es el riesgo para la integridad de las personas. Por lo mismo es una actividad que se ha buscado combatir aunque sin mucho éxito.
Los daños causados por la falsificación de medicinas
En ese sentido, recibir medicamentos falsificados o caducados implica que jamás se consiga una recuperación total. También impacta en el desarrollo de fenómenos como la farmacorresistencia y genera una sensación de falsa seguridad en las personas. Aunque lo más peligroso es que esta mala práctica genera un millón de muertes cada año.
Pero ahora todas las miradas están centradas en México debido a que hace unos días fue identificado un lote con cinco mil 775 dosis de la vacuna rusa Sputnik V. La detención se hizo en el Aeropuerto de Campeche y el destino final de las inmunizaciones era Honduras.
Por su parte, cuando personal de la Comisión Federal para la Protección de Riesgos Sanitarios (Cofepris) hizo la revisión se identificó que todas las dosis eran falsificadas. La información fue confirmada por las autoridades de Rusia al verificar que no coincidían las claves de fabricación y las etiquetas.
Hay más de mil mexicanos en peligro
Ahora el caso ha dado un nuevo giro debido a que de acuerdo con el periódico Reforma más de mil dosis falsas similares a las decomisadas sí fueron aplicadas en México. Lo que se menciona es que las vacunas habrían sido compradas por el empresario paquistaní Mohamad Yusuff Amdani para ofrecerlas a los empleados de su maquiladora Karim’s. Además se afirma que también fueron aplicadas a políticos de alto rango del estado.
Con base en la nota, las inoculaciones se llevaron a cabo en el hotel Ocean View que es propiedad del mismo empresario paquistaní. Además también se afirma que algunas dosis de la vacuna se aplicaron en consultorios particulares presuntamente con la complicidad de médicos.
Ante este grave hecho se ha iniciado una investigación para identificar a todas las personas en Campeche que recibieron el biológico apócrifo. En primera instancia todos cuentan con una sensación de seguridad cuando en realidad están desprotegidos. Además es necesario hacer una revisión de lo que realmente se les inyectó porque podría ser contraproducente y poner en riesgo su salud.
Ahora bien, aunque hace unos meses el gobierno federal declaró que permitiría la comercialización de la vacuna contra la Covid-19 por parte de particulares todavía no se publican los lineamientos. Por lo tanto, hasta este momento ninguna empresa puede comprar o aplicar esta inmunización. La única autoridad avalada es la Secretaría de Salud (SSa). Eso implica que el empresario paquistaní que ha sido acusado cometió un grave delito que debe ser investigado.