De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), el cáncer produce alrededor de 8 millones de muertes cada año, ubicándose así como una de las principales causas de fallecimiento a nivel global. Lo más lamentable del caso es que cerca de la mitad de los casos se encuentran relacionados con malos hábitos que se pueden prevenir.
Al respecto, los Centros de Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC) afirman que son 3 los estilos de vida no saludables más recurrentes a nivel global y los que representan mayor riesgo para el desarrollo de diversos tipos de cáncer: tabaquismo, alcoholismo y obesidad.
En primera instancia, el tabaquismo es el hábito más dañino, pues es un factor de riesgo para el desarrollo del cáncer de pulmón, pero no es el único ya que también afecta de forma severa en la formación de tumores en la vejiga, riñón, páncreas, estómago, colon, recto y el cuello uterino.
Después se encuentra el consumo de alcohol en exceso, el cual se encuentra asociado con el desarrollo de cáncer oral, de esófago, mama, hígado, colon y recto.
También destaca la obesidad, que gracias a los cambios hormonales que genera incide de manera directa en el cáncer de mama, páncreas, riñón y colon.
De igual forma, se debe de considerar que si un paciente combina factores de riesgo, las probabilidades aumentan. En ese sentido, los CDC dieron a conocer que no todos los tipos de cáncer pueden evitarse con modificaciones en el estilo de vida, pero si se toman las medidas necesarias para mejorar la salud general, la probabilidad de desarrollar un determinado cáncer puede reducirse significativamente.
Por lo pronto, pese a los diversos esfuerzos que se han emprendido, la OMS prevé que durante las próximas dos décadas aumenten 70 por ciento los casos en todo el planeta.