Sabemos que el colon tiene un papel importante en la digestión, ya que, absorbe los residuos, agua y electrolitos; para desecharlos por medio de la materia fecal; pero puede enfermarse. Es así, como; los trastornos intestinales inflaman el tubo digestivo, altera sus funciones y causa daños a la salud. Sobre todo, porque puede afectar toda la extensión del tubo digestivo o parte de él.
Las causas de esta patología no se han podido esclarecer completamente; dándole gran protagonismo a la genética. Pero, si se ha comprobado que el estrés, la mala alimentación y factores ambientales pueden aumentar sus síntomas; de la misma manera que lo hace el abuso de antibióticos.
Es necesario vigilar los trastornos intestinales
Los síntomas de los trastornos intestinales varían, dependiendo de la intensidad de la inflamación. Por lo tanto, es importante consultar al profesional de la salud en caso de dolor abdominal crónico. Así mismo, si se presenta diarrea persistente; sangrado rectal; fatiga; nauseas o vomito y pérdida de peso sin proponérselo.1
Después de todo, esta sintomatología está relacionada a la colitis ulcerativa y la enfermedad de Crohn; que son las patologías inflamatorias que producen los trastornos intestinales. Siendo la primera la que afecta el revestimiento más profundo del intestino grueso; aumentando el riesgo de padecer cáncer de colon. Mientras la segunda, puede alterar todo el tubo digestivo, generando obstrucciones intestinales, que pueden poner en riesgo la vida.2
Así mismo, existen factores de riesgo; como el envejecimiento, la raza o el consumo de sustancias toxicas. Igualmente, las personas con antecedentes familiares de esta enfermedad o que utilizan medicamentos antinflamatorios no esteroides con regularidad; como ibuprofeno o naproxeno; tienen mayor probabilidad de sufrir trastornos intestinales crónicos.
¿Cuál es el tratamiento adecuado?
De hecho, antes de empezar cualquier tratamiento, el gastroenterólogo debe apoyarse en exámenes diagnósticos. Entre los cuales puede incluir análisis de sangre y heces; procedimientos endoscópicos e imagenología. Sin embargo, es sabido que la endoscopia con biopsia de tejidos es la prueba diagnóstica más acertada; para confirmar plenamente la presencia de carcinomas o la gravedad del proceso inflamatorio.3
Es así, como el tratamiento pretende controlar los síntomas y mejorar la calidad de vida del paciente. Por lo tanto, el gastroenterólogo estudia cada caso de acuerdo a los síntomas y las pruebas diagnósticas; buscando ajustar los procedimientos farmacéuticos de manera individualizada. De tal modo, que se logre frenar la inflamación y curar las lesiones que ha dejado a lo largo de la enfermedad.
Podemos ver que los fármacos antiinflamatorios con corticoides e inmunosupresores, con acción local, son la primera opción en el tratamiento. Sin embargo, se han venido utilizando terapias biológicas; como una alternativa poco invasiva; con resultados prometedores. En, pero, en los casos más severos, se hace necesario acudir a la intervención quirúrgica, para evitar complicaciones.4
Por lo tanto, es claro que los trastornos intestinales pueden ser tratados. A pesar de ello, esta enfermedad se puede prevenir haciendo cambios en la dieta; ingiriendo alimentos saludables y manteniendo un peso adecuado. De esta manera, se recomienda buscar a orientación medica ante los primeros síntomas, seguir hábitos sanos, dormir bien y manejar el estrés.
Referencias:
- 1. López Cortés R., Marín Fernández B., Hueso Montoro C., Escalada Hernández P., Sanz Aznarez A.C., Rodríguez Gutiérrez C. Calidad de vida relacionada con la salud en pacientes con enfermedad inflamatoria intestinal. Anales Sis San Navarra [Internet]. 2016 abr [citado 2021 Abr 29]; 39(1): 123-131. Disponible en:
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- 2. Mónica González. Enfermedad Inflamatoria Intestinal (EII). Rev. chil. pediatr. [Internet]. 2002 sep. [citado 2021 Abr 29]; 73(5): 508-510. Disponible en:
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- Pérez Tarrago C., Puebla Maestu A., Miján de la Torre A. Tratamiento nutricional en la enfermedad inflamatoria intestinal. Nutr. Hosp. [Internet]. 2008 Oct [citado 2021 Abr 29]; 23(5):418-428. Disponible en:
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http://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1130-01082006000400006&lng=es.