Seguramente en alguna etapa de tu vida profesional te encontraste con superiores que en lugar de ayudarte sólo te hacían la vida imposible y te impedían desempeñarte con éxito. Quizá en ese momento de tu vida juraste jamás convertirte en una persona así, pero puede que sin darte cuenta con los años te hayas transformado en el jefe que nadie quiere tener.
Si ahora diriges tu propia clínica o consultorio, es importante que sepas delegar y liderar pero sin perder el respeto por los demás. Recuerda además que está comprobado que los empleados felices generan más.
Aquí te damos una lista de los tipos de malos jefes que existen para que puedas identificarlos y no te conviertas en uno:
El perfeccionista
Para este tipo de jefe, sólo él tiene la razón y todos los demás hacen las cosas mal. Desde el comienzo espera equivocaciones para señalar el error. Piensa que las cosas únicamente se pueden hacer de una manera (la suya) y corrige todo lo que se le entrega. No tiene confianza en su equipo y su mentalidad es “si no lo hago yo, las cosas no salen”.
Para evitar ser uno de ellos confía en tu equipo y procura estar abierto a nuevas ideas y pensamientos. Nadie es perfecto pero tus trabajadores podrían sorprenderte si crees en ellos.
El amigo
Estos jefes están tan preocupados por crear una amistad con sus subordinados que dejan a un lado el trabajo y la seriedad. Tienen cero autoridad y quieren sentirse “como uno más” dentro del equipo.
Para evitar caer en este tipo debes tener claro que no eres su amigo. Está bien tener buenas relaciones con la gente que trabajo contigo pero debes aprender a no cruzar la línea, porque esto podría dar pie a que te falten al respeto y no hagan bien su trabajo porque se sienten ‘confiados.
El déspota
Este quizá es el peor de todos. A este jefe le encanta provocar miedo y hacer sentir inferiores a los demás. Para él, sus empleados son una especie de sirvientes que deben complacerlo y seguir al pie de la letra sus instrucciones. Usualmente humilla a alguien frente a todo el equipo sólo para sentirse supremo.
Para que no caigas en este tipo de comportamiento debes entender que generando miedo no conseguirás nada, al contrario nadie se acercará a ti, no habrá productividad y nunca sabrás que pasa en torno a tu negocio porque todos temen dirigirte la palabra. Es necesario que dejes tu ego atrás y recuerdes que tu también empezaste de abajo.
El explotador
Generalmente este tipo de jefe es un adicto al trabajo y quiere que todos lo sean. No tiene vida personal y piensa que, por ende, los demás tampoco. Es el típico que llama en fines de semana y que pide que se queden en la oficina hasta tarde. Le fascina el estrés y no le preocupa la salud ni el equilibrio entre vida personal y profesional de sus colaboradores. Pide más de lo que necesita y en su mente el trabajo es lo único que existe.
Para evitar ser este comienza por ti mismo, date tiempo para relajarte de vez en cuando y busca un equilibrio. No solo cuidarás tu salud, sino también la de tus empleados.
El Bipolar
Este es común encontrarlo en muchos sitios, es el típico que cuando se emociona grita o cuando se enoja golpea el escritorio. Ellos muestran al ‘rojo vivo’ todos sus sentimientos porque creen que es necesario compartirlos con los demás. Pero al igual que el déspota nadie quiere acercarse más de lo debido por el miedo que pueden generar sus cambios tan abruptos de carácter.
Para evitar se uno de ellos no dejes que tus emociones te dominen y aprende a pensar antes de actuar. No tomes decisiones por el impulso del momento.
El acosador
Este aprovecha su papel de autoridad para coquetear con sus empleadas. Le gusta intimidarlas pues siente que tiene el derecho para hacer lo que quiera.
Para evitarlo solo te damos un sencillo consejo: respeta a la gente que trabaja contigo.
El inseguro
Este tipo de jefe puede presentarse de dos maneras: siendo altamente arrogante o demasiado tímido. En ambos casos, el problema es la inseguridad. El primero la expresa siendo grosero e insultando a los demás. Rebajar a las personas lo hace sentir mejor. Y el segundo siempre está buscando la aprobación de los demás. Es incapaz de tomar decisiones por sí mismo y duda de todas sus acciones.
Para no ser uno de ellos ten confianza en ti mismo y se consiente de tus habilidades y defectos.