Dentro de la inmensa gama de enfermedades existentes, el cáncer se trata de una de las más antiguas, pues los primeros casos detectados datan de varios miles de años en el pasado. Por esta misma razón, también se trata de uno de los padecimientos más estudiados.
En este sentido, en tiempos recientes se han desarrollado diversos tratamientos para combatir el cáncer, siendo uno de los más novedosos y esperanzadores que ya ha sido probado en animales la Terapia Blanco, pues no sólo ayuda a combatir el tumor sino que sus efectos secundarios son menores a los provocados por otras alternativas.
En ese sentido, la investigadora Carmen Alaez del Instituto Nacional de Medicina Genómica (Inmegen) expuso que a pesar de lo anterior, todavía es necesario que la Terapia Blanco supere ciertos retos para que pueda convertirse en el tratamiento ideal contra el cáncer.
Lo primero que debe enfrentar la Terapia Blanco es ser combativa contra todos los tipos de tumores porque en la actualidad sólo ha mostrado efectividad contra algunos, entre ellos el cáncer de pulmón, pero si realmente se desea que sea un tratamiento idóneo debe funcionar contra la mayor variedad posible.
De igual forma, un problema que podría presentarse a futuro es que las células tumorales desarrollen resistencia contra la Terapia Blanco, lo cual sería un escenario catastrófico porque provocaría algo similar a lo provocado por la resistencia bacteriana.
Aunque todavía no ha sucedido, existe el riesgo de que las células cancerosas puedan volverse más resistentes cuando se emplee la Terapia Blanco. Tan sólo se trata de una posibilidad, por lo cual es necesario realizar más investigaciones y ensayos para poder estar seguros de su uso.