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¡Los médicos también lloran!

Ejercer la medicina en nuestro país es, de un poco a un mucho, complicado.
Cómo tratar con pacientes enojados

Ejercer la medicina en nuestro país es, de un poco a un mucho, complicado.

Nos encontramos en un país donde tenemos gasolinazos, con una política de gobierno encaminada hacia el libre comercio, pero sin procurar que la clases sociales se muevan de su status quo. Un país donde ejercer la medicina es complicado por la falta de recursos, y donde existe el riego de ser demandado, esto sin mencionar el “efecto Trump” que se encuentra afectando nuestro entorno actualmente.

El médico es un profesional de atención de la salud que practica lo que le enseñaron en la Escuela de Medicina: a) diagnosticas un conjunto de síntomas, b) prescribir medicamentos aprobados y, c) envió correcto al especialista correspondiente en cuanto uno no pueda curar tal o cual enfermedad.

Cabe destacar que lo anterior no es un logro pequeño, sin embargo (y esperando no ser malinterpretado), somos seres humanos en una sociedad y convivimos siendo parte de ella, afectándonos con su funcionamiento o su disfunción. Esto da lugar a un sinfín de problemas que se suscitan al ejercer nuestra profesión, entre ellos:

  • “¿Me dedico a la medicina institucional (sueldo seguro, pero con pocos recursos para ejercerla) o a la privada?, según mi nivel de estudio y zona donde vivo (puedo tener muchas consultas muy económicas o tener menos pero cobrarlas más caras). Siempre y cuando tenga para poner el consultorio, pagarlo hasta que tenga fama o me puedo subcontratar con aseguradoras”.
  • El nuestro es un país con una desigualdad atroz… donde en la Ciudad de México se cobra, por consulta privada, desde 30 a 35 pesos y la atención de urgencia a 150 pesos; contra mil 500 y en urgencias 4 mil 500 pesos -Solo la consulta-.
  • “¿Cuándo y cómo voy a mantener mi hogar?”La respuesta a la primera pregunta es fácil, ¡ya!, o como diría nuestro ex presidente, ¡hoy! Responder la segunda es verdaderamente un garbanzo de a libra, que podría ser parcialmente contestada en el párrafo anterior, pues es un negocio de números -para pagar todo y obtener beneficio- es necesario ver tantos pacientes como puedas.
  • Dedicarme a la medicina en un país con inseguridad. Con el riesgo que asalten mi consultorio, me agredan a mí o a mis seres queridos. Donde nos guste o no, hay venta de drogas y riesgo de demandas.
  • Cuando contrato un seguro contra demandas, ¿quién lo paga, yo o el paciente?. Léase, “debo de aumentar el costo de consulta, ¿a cuánto?”.
  • Un país donde no hay confianza en las instituciones… “¿y si trabajo en una de ellas?”.
  • ¿Cómo hacer para que mis problemas de casa no los lleve al trabajo o viceversa?
  • ¿Cómo convencer al paciente que lleve un tratamiento, cuando yo no puedo bajar de peso?
  • ¿Cómo le voy a competir al Dr. Google o la “vecina”?, pues idiosincráticamente les creemos más a otras personas que al profesionista en medicina.Hemos de recordar que los médicos utilizamos medicamentos probados, pero que su patente cuesta. ¡Los altos precios de los medicamentos pagan su familiaridad ofreciendo seguridad, eficacia y hasta educación! (se paga la investigación realizada).Pero si el paciente toma herbolaria porque “son inofensivas” (que no es así, hay algunos francamente peligrosos), entonces debemos de convencer al paciente que si las toma ES SU RESPONSABILIDAD, saber de ellos, leyendo y haciendo la investigación, antes de decidir usarlos. ¡Ya que es su vida!
  • El que me pague en efectivo un paciente no me hace responsable al 100 por ciento de su salud actual o previa. La mayoría de las enfermedades y lesiones provienen de la conducta y la dieta, pero los pacientes NO detendrán comportamientos de alto riesgo (fumar, prácticas sexuales de riesgo, dietas con grasas saturadas) y los malos hábitos (alcohol y sedentarismo).
  • Para evitar demandas debo de tener el diagnóstico correcto, justificándolo con pruebas de laboratorio y bibliografía adecuada, aún si estoy en un entorno con pocos recursos o si el paciente no tiene para pagar los estudios diagnósticos.
  • A menos de ser investigador y muy bueno, los tratamientos nuevos o controvertidos son ¡SUICIDIO PROFESIONAL!
  • En la medida de lo imposible debes de evitar que el paciente se queje o tu quejarte de lo que vives.

CONCLUSIONES

No creo que en breve (mañana) se cambie de país, deberá de tratar lo que pueda, ya que no va a cambiar el comportamiento de la mayoría de la gente.

Una opción es mantener una buena relación médico-paciente. Como consejo rápido, algunos médicos favorecen hablar sobre cambios de comportamiento y tratamientos homeopáticos o herbales para mantener bajos los costos del paciente.

Si se asegura contrademandas, tendrá una práctica más segura y si no mantenga la buena relación médico-paciente.

Recuerde, los precios y tratamientos se dispararon. De momento nos guste o no, TODOS vivimos en este país y con los problemas que tiene, lo bueno es que cada día vivimos más, lo que le asegura tener pacientes por más tiempo, lo malo es que no sabemos cómo nos va a ir a corto plazo.

Corolario

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