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Los médicos no tenemos la culpa de todo

Diario leo noticias con tono amarillista sumamente unilaterales que, invariablemente, culpan a los médicos de todo lo malo.

Diario leo noticias con tono amarillista sumamente unilaterales que, invariablemente, culpan a los médicos de todo lo malo que pueda ocurrir en el cuidado de un paciente.

Todos hemos leído las notas qué informan de nacimientos de bebés en explanadas junto a clínicas y de muertes por falta de atención médica. Es indudable que muchas de estas situaciones deplorables son resultado de una inexcusable negligencia, pero muchas otras no lo son. Por ello, es
importante hacer un análisis a fondo de cada caso y conocer todos los hechos y situaciones externas de las cuales nadie habla por que no son “noticia”.

En la medicina, como todo en este mundo, hay excelentes médicos que debido a su entorno laboral tienen resultados malos, médicos que no son tan buenos pero que tienen a su alcance todas las armas e infraestructura para tratar de maravilla a un paciente y médicos que no deberían estar a cargo ni siquiera de una mascota.

La innegable realidad es que muy pocos saben con qué recursos tenemos que trabajar muchas veces, las carencias que existen en el sector salud y el cómo un exagerado número de pacientes genera situaciones peligrosas.

Ofrezco una disculpa si en Saludiario hemos causado que algunos médicos se sientan agredidos al exponer algunos casos de aparente negligencia sin que proporcionáramos toda la información relacionada a los mismos.

Los médicos estamos enfermos de burocracia, enfermos del estrés que afecta nuestro trabajo e incluso nuestra empatía. El sistema esta sobresaturado y la inversión en el sector es menor a lo necesario.

Analicemos algunos números

En México hay en promedio 2.6 enfermeras y 2.2 médicos por cada mil habitantes, según datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), integrada por 34 países que trabajan juntos para mejorar las condiciones económicas y sociales del mundo y al mismo tiempo es una inigualable fuente de estadísticas.

¡2.2 es una cifra muy por debajo del promedio de 3.3 médicos para los 34 países de la OCDE y el 2.6 de enfermeras dista mucho del promedio de 9.1!

¿Camas? El promedio de México es el más bajo de todos los países de la OCDE: 1.6 camas por cada mil habitantes contra un promedio de 4.8 camas por mil habitantes.

Todos recordamos las desgarradoras imágenes de mujeres pariendo fuera de algunos hospitales de Oaxaca.

La investigación en torno a uno de los casos oaxaqueños, publicada por la Comisión Nacional de Derechos Humanos, muestra la terrible combinación de factores que resultaron en que la mujer no fuera atendida debidamente:

“Se puntualiza que para la debida integración del caso, el 29 de enero de 2014, visitadores adjuntos de este organismo nacional, acudieron al Hospital General Pilar Sánchez Villavicencio, en el municipio de Huajuapan de León, Oaxaca, donde constataron que ese nosocomio carece de infraestructura física, mobiliario y equipo idóneo para el número de servicios que presta, como también de personal médico y de enfermería suficientes, para atender a la comunidad, incluyendo a la población indígena de la localidad; en consecuencia, se incumple con la Norma Oficial Mexicana NOM-016-SSA3-2012, que establece las características mínimas de infraestructura y equipamiento de hospitales y consultorios de atención especializada”.

También es importante mencionar que no hubo la supervisión adecuada a un interno de pregrado que atendió a uno de estos casos, porque no había los elementos suficientes. Las estadísticas de la OCDE reflejan éste y muchos otros problemas.

No gastamos lo que deberíamos en salud y somos expertos en hacer todo por triplicado. México gasta alrededor del 6.2 por ciento del PIB (Producto Interno Bruto) mientras que el promedio de los países de la OCDE es de 9 por ciento. La mayor parte del gasto se va en sueldos, prestaciones y en otros conceptos que no mejoran la calidad ni la cantidad de servicios.

Hace algunos años leí en la revista Forbes que cada familia mexicana gasta el equivalente a un mes promedio de sus ingresos en gastos médicos. Seguramente este gasto se está incrementando exponencialmente conforme nos volvemos un país de diabéticos y obesos con diferentes problemas de salud.

Sinceramente, la falta de atención médica primaria en nuestro país agrava el problema. No nos podemos dar el lujo de que nuestros pacientes no tengan un “hogar médico”, concepto que se usa en gran parte del planeta, y a falta de éste acudan a una farmacia o a un servicio de urgencias que no están diseñados a mantener un seguimiento adecuado de los pacientes.

Por otro lado, ¿quién va a dar consulta de médico primario de tiempo completo? Lo más probable es que como médicos tengamos que recurrir a otra fuente de ingresos y esto nos trae a otro tema: de las 26 mil y pico de plazas para residencia sólo hay cupo para cerca de 7 mil. Es decir, un poco más del 25 por ciento de los aspirantes obtienen una residencia y de estos afortunados la mayor parte elige cirugía, gineco, medicina interna y pediatría. Esto significa que México se está saturando de médicos en estas especialidades y carecemos de urgenciológos, geriatras, epidemiólogos y médicos que proporcionen esa atención cotidianamente. Necesitamos una cultura de prevención con remuneración justa, sin mencionar horarios e instalaciones decentes y acceso a cursos de actualización de calidad.

Ahora, con los primeros pasos que se dan hacia un Sistema Universal de Salud, esperemos que la calidad y el acceso sea sin disparidad para todos los mexicanos. El tiempo lo dirá.

Sí hay médicos negligentes, como el que enucleó el ojo equivocado a un bebé. Este y otros como él no tienen ni justificación ni perdón. Desde el primer año de la carrera sabes que debes marcar el lado que vas a tratar ANTES de entrar a una cirugía y que no intervienes si no estás seguro del diagnóstico. Charlatanes hay en todos lados, en todo el mundo. Pero esos malos médicos no nos definen a los demás.

La dicotomía es que por el otro lado México ocupa unos de los primeros lugares en turismo médico de alta calidad. En un artículo reciente de la publicación Patients Beyond Borders, se mencionó que en 2012 México recibió 1.2 millones de turistas médicos. En nuestro país hay 13 hospitales evaluados y acreditados por la Joint Comission International. Estos son hospitales en donde la inversión de recursos ha creado instalaciones y servicios de nivel mundial con personal en toda las disciplinas altamente calificado.

Sueños…

Si invirtiéramos más y de manera adecuada en el sector salud no ocuparíamos el primer lugar mundial en obesidad, ni el sexto en diabetes.

Si no fuéramos en muchos casos regulados y regidos por una burocracia, seríamos más eficientes.

Si invirtiéramos lo que se debe en la formación profesional, en las ciencias de la salud habría mejores opciones para los médicos y los pacientes.

Si usáramos recursos para tener el tiempo necesario para educar a nuestros pacientes, habría menos uso innecesario de servicios de urgencia.

Si hubiera cultura ciudadana nos haríamos a un lado cuando pasa una ambulancia. ¿Cuántos conductores son responsables de este tipo de negligencia?

Si fuéramos más conscientes de los otros, no habría tomas de vías públicas, como acaba de ocurrir en Oaxaca, en donde murió un paciente por que no dejaron pasar a la ambulancia.

¿Quienes serían los responsables en todos estos casos?

No todo sería “nuestra culpa”.

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