- De acuerdo con un informe de la OMS, en 2021 ninguno de los 43 antibióticos que se encontraban en fase de desarrollo resolvían el problema de la resistencia a los fármacos de las bacterias más peligrosas del mundo.
- La mala administración de los desechos para elaborar los antibióticos ha impulsado la resistencia bacteriana a los fármacos.
- Las bacterias resistentes a los medicamentos producen casi 5 millones de muertes por año.
Ante la falta urgente de crear nuevos antibióticos se han explorado nuevos horizontes que puedan suplantar o aportar nuevos esfuerzos para solucionar la creciente evolución de las bacterias y superbacterias. Los fagos abren una nueva posibilidad ante las infecciones.
¿Qué es un bacteriófago?
Los bacteriófagos o también llamados fagos son virus que atacan únicamente a las bacterias. Existe un solo tipo de fago por cada tipo específico de bacteria. El uso de fagos como alternativa para los antibióticos ha sido estudiado desde la creciente resistencia de las superbacterias a las sustancias de los antibióticos.
En comparación con los antibióticos, los fagos son más específicos al momento de atacar a una bacteria, ya que, tienen la ventaja de que solo atacan a la bacteria en cuestión sin traer grandes repercusiones, mientras que los antibióticos no sólo dañan a las bacterias que se quieren eliminar, también llegan a destruir a células que no son el objetivo y esto trae problemas en el organismo.
Los bacteriófagos pueden encontrarse en el medio ambiente junto con las bacterias están en todos lados. En la actualidad sólo conocemos unos cuantos fagos que pueden ayudarnos con algunos tipos de bacterias. Solo hemos alcanzado a ver la punta del iceberg.
¿Es una nueva propuesta?
Sin embargo debemos tener en cuenta que estos conocimientos no son del todo nuevos, los primeros en estudiar a los bacteriófagos como alternativa fueron los Rusos en los años 40. Durante este tiempo la terapia de fagos o fagoterapia fue utilizada en Georgia y Polonia.
El país que más los utilizó en humanos y animales como tratamiento durante la época de los 40 fue Polonia, logrando eliminar bacterias como: Acinetobacter, Burkholderia, Citrobacter, Enterobacter, Enterococcus, Proteus, Pseudomonas, Shigella, Staphylococcus, Streptococcus. Estos avances fueron ignorados por la comunidad científica debido a que la mayoría de los resultados fueron llevados de la mano por Rusia, en ese entonces la Unión Soviética.
En la actualidad.
El mundo se encuentra en crisis intentando crear nuevos antibióticos para tratar las infecciones por superbacterias que cada vez son más resistentes a los fármacos. Con ello se ha puesto el ojo sobre los avances e investigaciones que antes simplemente se ignoraban.
La comunidad está volteando a ver las investigaciones que se llevaron a cabo con éxito en otras naciones para tratar infecciones por bacterias. En algunas ocasiones se han llevado a cabo fagoterapias en casos extremos donde los antibióticos fallaron teniendo éxito el uso de bacteriófagos.
Al no estar regulado por instituciones internacionales la fagoterapia todavía no se considera como una alternativa, además de que la producción de fagos aún no está controlada de manera correcta. Por otra parte, continúan las investigaciones en las que se puedan combinar los tipos de fagos y las dosis que se deben suministrar a los pacientes.
También se debe considerar que son “orgánicos” puesto que a diferencia de los antibióticos no son sintetizados, por lo tanto no generan un impacto para el medio ambiente. Los bacteriofagos tienen la ventaja de que sus efectos secundarios no son mayores a los de medicamentos para humanos, animales o plantas.