A partir del 1 de julio de 2009, por iniciativa de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) y la Secretaría de Salud (SSa), entró en vigor la ley antitabaco en México, la cual prohíbe fumar en espacios cerrados. Desde entonces, el Instituto Mexicano de Seguridad Social (IMSS) ha tomado el ejemplo y ha buscado que todas sus unidades, tanto médicas como administrativas, estén limpias de humo de tabaco, ¿pero tiene el programa un verdadero impacto en la salud de tus pacientes?
A raíz de la pregunta anterior es que el Consejo Estatal para la Prevención de Adicciones (CECAJ) realiza evaluaciones a todos los edificios públicos y, en caso de cumplir con ciertos requisitos, obtienen la certificación llamada Espacios Libres de Humo de Tabaco.
Con motivo del pasado Día Mundial Sin Tabaco, que se conmemora cada 31 de mayo, el IMSS Jalisco dio a conocer que el edificio de la delegación estatal del instituto en la entidad y la Unidad de Medicina Familiar (UMF) Número 165 fueron certificadas como Espacios Libres de Humo de Tabaco, con lo que ahora el 70 por ciento de sus centros de salud en el estado cuentan con tal distinción.
Pero a pesar de que la mayoría de los edificios del IMSS cuentan con esta certificación y se busca que los médicos prediquen con el ejemplo al momento de hablar sobre tabaquismo, los índices de fumadores mexicanos no han mostrado un verdadero descenso en los últimos años, por lo que surge la duda acerca de si el programa sólo es útil para lograr instalaciones más limpias o si en verdad se quiere atacar el problema de fondo y concientizar a la población acerca de las consecuencias negativas del tabaco.