A diario, como médicos, se asiste al adulto mayor de la población que lleva consigo enfermedades crónicas y discapacidad y para la cual la prevención o curación ya no son una alternativa, los cuidados y una mejor coordinación son la única posibilidad. En la actualidad, en el debate entran a jugar la participación en el diseño del plan de salud, la corresponsabilidad, la gestión del sistema de salud, la educación y el exceso de medicación de la vida que conllevan, irremediablemente, al aumento de la esperanza de vida.
Internet comienza a facilitar los encuentros médicos no presenciales, facilita el acceso a la historia clínica, a los trámites administrativos, provoca cambios en el comportamiento, pero también desinforma, genera ansiedad, desigualdad y expectativas que se salen de la realidad. Para facilitar el equilibrio de las expectativas con el futuro de la salud, la medicina debe conciliar sus propósitos ante los nuevos escenarios y entornos de la salud.
El buen manejo que se ha dado a los conocimientos adquiridos durante cientos de años, permite que haya menor mortalidad infantil, se han disminuido las enfermedades infecciosas y al mismo tiempo aumentaron las enfermedades crónicas y degenerativas, lo que brinda éxito para el sector de la salud y mayor longevidad para la población. Presenciamos la progresiva estandarización de la expectativa de vida[1]. A este ritmo, se espera un futuro de envejecimiento, con un recambio generacional bastante bajo, en el que la longevidad, la multimorbilidad y la discapacidad serán el factor común. Casi la mitad de los colombianos será mayor de 64 años, con enfermedades crónicas y multimorbilidad. A la larga, una tercera parte de la población será “cuidada” no necesitará tanto de prevención o curación.
Todo lo anterior nos hace concluir que a mayor esperanza de vida será peor la percepción de salud; lo que se convierte en “la paradoja de la salud” en la que contribuyen la reducción en la tasa de mortalidad por enfermedades infecciosas agudas, la prevalencia de trastornos crónicos y degenerativos, el estatus socioeconómico, la comercialización de la salud, la inseguridad, los factores culturales, el alto interés de los medios de comunicación en los temas de salud, que infunden un clima de terror.
Es necesario asumir la responsabilidad y pasar de la crítica pasiva y la indiferencia a la participación en la gestión y el diseño de un sistema de salud en el que la prevención sea el medio para mejorar el nivel de vida en Colombia.
A su vez, la educación para la salud es fundamental para adquirir, procesar y entender la información básica en salud, lo que proporciona la capacidad necesaria para tomar decisiones apropiadas.
En la actualidad, los profesionales de la salud están participando activamente en un exceso de medicación de la vida: se empeñan en recetar un fármaco para cada síntoma, y los síntomas no pueden quedar faltos de un diagnóstico. Tanto pacientes como médicos se enfrentan a una insaciable búsqueda de salud, con una baja percepción de buena salud y un alza de la esperanza de vida.
[1] J.F. Fries
- Material dirigido solo a profesionales de la salud.
- Información realizada para profesionales de la salud en territorio colombiano.
- Todo lo publicado en la plataforma es una recomendación, mas no una prescripción o indicación médica
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