Cuando un paciente acude contigo, es natural que realices una valoración y emitas un diagnóstico acerca de su estado. Para complementar la atención, las recetas médicas contienen las indicaciones acerca los fármacos necesarios para su curación. Por desgracia, desde el momento en el que el paciente sale del consultorio ya no puedes verificar que realmente te haga caso.
Si bien, en ocasiones los pacientes se quejan acerca de que no se curan de inmediato, en ocasiones la culpa es de ellos mismos. Aunque existen diversos errores que de forma intencional o accidental pueden comentar, los más frecuentes son los siguientes:
1. Errores en la dosificación
Equivocar la dosis necesaria de algún medicamento es bastante común. A raíz de un error en apariencia pequeño, se complica la curación y se pueden presentar problemas secundarios. Por eso siempre debes de dejar en claro la dosis de cada uno de los medicamentos que recetas a tus pacientes.
2. Confundir medicamentos con nombres similares
Debido a descuidos, en ocasiones los pacientes pueden confundir un medicamento con otro que tiene un nombre similar. A partir del tipo de fármacos que se traten, las consecuencias pueden tener distintas magnitudes.
3. Cortar las píldoras para consumirlas
Existen pacientes que por temor o problemas de otro tipo, suelen partir las píldoras para consumirlas. En realidad se trata de una práctica bastante peligrosa porque algunos medicamentos están recubiertos especialmente para que produzcan efecto a largo plazo o protejan el estómago.
4. Abandonar el tratamiento
Finalmente, el error más común y contra el que siempre se debe de batallar. Pese a las consecuencias negativas, una cantidad considerable de pacientes no concluye su tratamiento médico, siendo los mayores afectados ellos mismos.