Desde hace varios años existe una fuerte controversia acerca de las etiquetas de alimentos en nuestro país. A decir de algunos detractores, son confusas y ni siquiera especialistas en nutrición pueden leerlas correctamente. Derivado de esto es que se propicia una mala alimentación y eso impacta en los niveles de obesidad.
No se puede ignorar que la Organización Mundial de la Salud (OMS) cataloga a México como el primer lugar a nivel global en obesidad infantil.
Ante estos hechos, Corteva Agriscience realizó una lista con recomendaciones para una correcta lectura de las etiquetas de alimentos. En ocasiones utilizan palabras engañosas que confunden a la población en general, por lo que puedes platicar con tus pacientes para que tengan una mejor comprensión.
Light (o ligero): los productos “light” se procesan para reducir las calorías o la grasa y algunos productos simplemente se diluyen. Revise con cuidado ya que generalmente a menor porcentaje de grasa significa mayor porcentaje de azúcar.
Multigrano: suena muy saludable pero básicamente significa que hay más de un tipo de grano en el producto, con mucha probabilidad de que sean granos refinados, a menos que el producto esté marcado como “grano entero”.
Hecho con granos integrales: probablemente haya muy poco grano integral en el producto. Verifique la lista de ingredientes y vea dónde se coloca el grano entero. Si no está en los primeros tres ingredientes, entonces la cantidad es insignificante.
Natural: esta afirmación no significa necesariamente que el producto sea o parezca natural, sino que en algún momento el fabricante tuvo un producto natural como manzanas o arroz que utilizó para elaborar ese alimento procesado.
Orgánico: esta etiqueta dice muy poco sobre si el producto es saludable o no, por ejemplo, el azúcar orgánico aún es azúcar.
Sin azúcar agregada: Algunos productos son naturalmente altos en azúcar. El hecho de que no hayan agregado azúcar no significa que sean sanos. Bien pueden estar cargados con azúcares naturales o se les pueden agregar sustitutos de azúcar poco saludables.
Calorías bajas: los productos bajos en calorías deben contener 1/3 menos de calorías, que el producto original de la misma marca. Sin embargo, la versión baja en calorías de una marca puede contener calorías similares a la original de otro producto.
Bajo en grasa: esta etiqueta casi siempre significa que la grasa se ha reducido a cambio de agregar más azúcar.
Bajo en carbohidratos: recientemente, las dietas bajas en carbohidratos se han relacionado con una mejor salud. Sin embargo, los alimentos procesados que están etiquetados como “bajos en carbohidratos” tienden a ser simplemente alimentos chatarra procesados.
Fortificado o enriquecido: Fortificado significa que se han agregado vitaminas o minerales a un alimento que no estaba originalmente en el alimento. Por ejemplo, agregando vitamina D a la leche. Enriquecido significa que los nutrientes que se perdieron durante el procesamiento de los alimentos se han agregado nuevamente, por ejemplo, añadir ciertas vitaminas perdidas en el procesamiento del trigo para hacer harina blanca.
Sin gluten: Sin gluten no significa automáticamente saludable. Simplemente significa que el producto no contiene trigo, espelta, centeno o cebada. Muchos alimentos no contienen gluten, pero están altamente procesados y cargados de azúcares y grasas poco saludables.
Con sabor a fruta: muchos alimentos procesados se refieren a un sabor natural como el yogur de fresa; sin embargo, es posible que no contenga fresas reales, solo productos químicos diseñados para que tengan el mismo sabor. Si el producto contiene algún sabor natural de fruta real y no es uno de los primeros tres ingredientes enumerados, entonces su sabor es mínimamente natural y altamente químico.
Cero grasas trans: esta afirmación en realidad significa “menos de 0.5 gramos de grasas trans por porción”. Por lo tanto, si los tamaños de las porciones son engañosamente pequeños, el producto puede contener una gran cantidad de grasas trans.