Las Asociaciones Público Privadas son definidas por el gobierno federal, según un artículo generado por el Fondo de Capitalización e Inversión del Sector Rural (Focir), como esquemas de inversión a largo plazo donde el sector privado construye y opera infraestructura de prestación de servicios propias del sector público.
Dentro de América Latina, los países líderes en este tipo de esquemas son México y Chile, esto de acuerdo con la consultora Currie & Brown. En una entrevista con El Economista, el director del capítulo colombiano de esta compañía, Enrique Chaqués, afirmó que las trayectorias de ambos países en Asociaciones Público Privadas en hospitales son las más extensas de la región.
En el sector de salud, se pueden identificar varios esquemas de Asociaciones Público Privadas. Para el caso de México y Chile, los esquemas más comunes son los llamados de bata gris. Éste se llama así porque el inversionista privado no se involucra en la atención médica directa.
Para los esquemas de bata gris, los inversionistas privados adquieren los instrumentos y el equipo necesarios para la labor médica: diseño, construcción, reparación, operación y/o mantenimiento de las instalaciones, equipamiento especializado, sistemas de seguridad y vigilancia, alimentos y hasta ropa o uniformes. Al mismo tiempo, quienes reciben estas herramientas y prestan la atención médica directa son médicos y enfermeras del sector público.
Brasil y Perú, considerados los siguientes en la lista de América Latina en Asociaciones Público Privadas del sector salud, acostumbran tener otros esquemas. Uno de ellos es el de bata verde, donde los inversionistas privados también operan los servicios clínicos de apoyo, como bancos de sangre. Otra opción popular es la de bata blanca, donde la iniciativa privada provee integralmente infraestructura, atención médica y tareas circundantes.
De acuerdo con Chaqués, las Asociaciones Público Privadas en México tienen contratos de largo plazo, lo que ha hecho más lento el proceso de adopción. Sin embargo, los primeros proyectos de este tipo tienen ya entre 13 y 14 años de haberse instaurado. Por esta razón, iniciativas como el Hospital del Bajío ya son considerados exponentes del sector a escala regional.