Acaba de iniciar en Italia el proceso de aprobación para la llamada Ley de Testamento Biológico, la cual ha levantado polémica entre pacientes y médicos a lo largo de varios años de debate.
La norma, en discusión en el Parlamento, parte del proyecto popular lanzado tres años atrás por la Asociación Luca Coscioni, y es una síntesis de otras 16 propuestas de ley presentada a la Comisión de Asuntos Sociales.
El documento prevé la posibilidad de que las personas establezcan en su testamento biológico, vinculante para médicos y familiares, si desean renunciar a la nutrición e hidratación artificial, aunque excluye la figura del suicidio asistido y la sedación profunda que lleven a la muerte.
La Asociación, partidaria de la eutanasia, consideró incompleta la propuesta, mientras que los partidos de centroderecha y parlamentarios católicos han pedido no aplicar la voluntad del paciente debido a que la nutrición artificial no es una terapia, sino un tratamiento vital.
Uno de los puntos que sin duda ha resultado más polémico, es aquel que señala “que ningún tratamiento sanitario pueda ser iniciado o continuado sin el libre consentimiento del paciente, excepto en los casos previstos por la ley”, de tal forma que la norma no supone un abandono terapéutico, si bien incluye la suspensión de la nutrición artificial.
Políticos de distintas áreas e ideologías han considerado a esta Ley contradictoria, motivo por el cual la discusión se espera sea larga y complicada, no obstante, se busca que el médico respete la voluntad expresada por el paciente y quede exento de responsabilidad penal o civil, lo cual será difícil de conseguir, ya que el documento asienta que el galeno debe respetar la decisión de paciente pero garantizar la asistencia sanitaria indispensable “en situaciones de emergencia o de urgencia”.
Imagen: Bigstock