La crisis de opioides es una problemática mundial. En Estados Unidos se ven los efectos más graves. Innumerables farmacéuticas y médicos enfrentan juicios por sugerir innecesariamente estos fármacos. Además, el sobreuso de varios tipos de analgésico sería responsable de importantes deformaciones en bebés.
Ante este reto, investigadores diseñaron un nuevo tipo de analgésico. El fármaco está descrito en Science Advances y fue diseñado por un equipo liderado por la Université Paris-Saclay. La nanopartícula, denominada LENK, parece tener efectos más prolongados que la morfina. A la vez, no provocó eventos adversos tan severos como otros opioides en modelos animales.
Un analgésico con menor riesgo de adicción
Jiao Feng, coautor del estudio, reafirmó que el fármaco utiliza neuropéptidos Leu-encefalina. Conectaron estos elementos a un lípido escualeno. El resultado fue una nanopartícula que se administra mediante una inyección intravenosa. La sustancia tuvo buenos resultados en un modelo animal. Los sujetos de prueba fueron ratas con las patas inflamadas.
Todas las ratas inyectadas experimentaron efectos de reducción de dolor. Además, se realizaron pruebas de sensibilidad térmica en cada animal. Éstas revelaron que las propiedades del analgésico permanecieron en todos los roedores por hasta 4 horas. Un análisis de imagen reveló que la mayor parte de las nanopartículas administradas alcanzaron el tejido inflamado objetivo.
Feng explicó que las encefalinas son un potencial analgésico para reemplazar a los opioides. Sin embargo, en su estado natural, difícilmente penetran la barrera hematoencefálica. Por ello las combinaron con los lípidos. Así, estos péptidos pueden atravesar la barrera con mayor facilidad de lo que lo harían regularmente.
El analgésico actúa sobre los receptores opioides periféricos. Feng afirmó que éstos tienen una menor probabilidad de generar conductas adictivas. Esperan que el fármaco, cuando supere las pruebas clínicas, mejore el panorama del alivio del dolor crónico.